Cuando se abran los archivos, quedará claro cómo los Países Bajos abrieron la puerta de par en par a Chemours.

En 1976, la empresa química DuPont de Nemours preveía problemas con los permisos medioambientales si ampliaba su fábrica en Baanhoekweg, en Dordrecht. El Ministerio de Asuntos Económicos, por otro lado, prestó poca atención a los problemas ambientales y concedió con entusiasmo decenas de millones de subsidios de inversión a la empresa que más tarde dio origen a Chemours.



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