"Cuando olí la sangre en la herida, sentí que mi apetito aumentaba." – los jóvenes se fueron a la deriva a una misión infernal en los Andes

Cuando un avión que transportaba a jóvenes jugadores de rugby se estrelló contra la cima de una montaña hace 50 años, comenzó una batalla de más de dos meses por la supervivencia. La salvación requería ingenio, resistencia y comer carne humana. Abroche el cinturón de seguridad. Nos enfrentamos a turbulencias. Las palabras del piloto salieron a borbotones de los altavoces, pero no lograron frenar precisamente la ruidosa excitación de los jóvenes jugadores de rugby. Tiraron la pelota y cantaron con alegría: conga, conga, conga, el avión está bailando conga.



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