Las altas concentraciones de sedantes y antipsicóticos en nuestras vías fluviales crean crustáceos hiperactivos y peces imprudentes. Así lo demuestra un estudio de los Países Bajos. La situación no es diferente en Bélgica. “Uno de cada diez belgas toma esos medicamentos, y esas sustancias terminan en nuestras vías fluviales”, dijo Dirk Halet del Centro Flamenco de Conocimiento del Agua en Radio 1. Con todas las extrañas consecuencias que eso conlleva.
Medicamentos para la ansiedad, antidepresivos, medicamentos anticonvulsivos y trastorno bipolar; todo se encuentra en ríos, acequias y canales. Las sustancias son tan comunes en las aguas superficiales de los Países Bajos que pueden representar un riesgo para los animales y las plantas, según una investigación realizada, entre otros, por la Universidad de Maastricht (UM) y el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente (RIVM).
Confundido
Hace tres años, la contraparte holandesa del instituto de salud Sciensano ya concluyó que los analgésicos, los antibióticos y los reductores de la presión arterial perturban la vida acuática. Ahora, los científicos han identificado por primera vez qué psicofármacos (medicamentos utilizados para tratar trastornos psiquiátricos y problemas psicológicos, ed.) se encuentran en las aguas superficiales. Compararon datos nacionales sobre la calidad del agua con información sobre el consumo de drogas del Instituto Nacional de Atención de la Salud.
Cuando eres un pececito que de repente tiene un mega ego, crees que puedes conquistar el mundo. Entonces no te alejarás nadando tan rápido cuando veas venir un lucio.
Los resultados del estudio son sorprendentes. La vida acuática parece estar seriamente confundida por las concentraciones de drogas psicotrópicas: desde crustáceos hiperactivos y peces imprudentes hasta una ralentización en la velocidad de filtración de mejillones de agua dulce y pólipos que se adhieren con menos facilidad al fondo de un río o acequia.
Mini pez, mega ego
¿Pesca imprudente? Sí. El estudio argumenta que los medicamentos para enfermedades mentales humanas tienen los mismos efectos en peces y pequeños crustáceos. “Los psicofármacos influyen en el comportamiento de estos organismos, lo que puede hacerlos más agresivos o, por el contrario, más pasivos. En última instancia, esto puede tener un efecto en varias cadenas alimentarias”, dicen los investigadores.
“Ciertas drogas psicotrópicas están hechas para calmar a las personas o para darles más confianza en sí mismas”, explica Dirk Halet, coordinador estratégico del Centro Flamenco de Conocimiento del Agua, en Radio 1. Obtienes el mismo efecto con el pescado: “Si estás un pez pequeño que de repente te da un mega ego, crees que puedes con el mundo. Entonces ya no se alejará nadando tan rápido cuando vea venir un lucio u otro pez depredador. Y así el pez se vuelve como un pájaro para el gato”.
Una pequeña concentración ya puede tener un gran efecto
La situación en Bélgica es comparable a la de los Países Bajos. Halet explica que una de cada diez personas en nuestro país, 1,2 millones de belgas, toman este tipo de medicamentos. Y todas las sustancias que tomamos como humanos, las encontramos en nuestras vías fluviales. Ni siquiera tiene que ser una concentración alta para afectar la vida acuática: los medicamentos para enfermedades mentales están diseñados para ser efectivos en dosis bajas. Mientras tanto, debido al calentamiento global, el nivel del agua de los ríos está cayendo, lo que hace que aumente la concentración de sustancias nocivas.
Feminización por la píldora
Anteriormente también se supo que hay mucha alteración hormonal en la vida acuática, debido a la píldora anticonceptiva. “Luego se obtiene la feminización de los peces o problemas de fertilidad que tienen un gran impacto en la supervivencia de ciertas poblaciones”, dice Halet.
“Ciertamente, no tire los medicamentos por el inodoro o el fregadero”
Por lo tanto, es importante tratar de mantener estas sustancias nocivas fuera del medio ambiente tanto como sea posible. No es fácil, porque orinamos solo una parte. Pero podemos hacer algunas cosas. Halet ya está pidiendo a la gente que no tire los medicamentos por el inodoro o el lavabo. También agrega que actualmente hay mucha discusión con los farmacéuticos y el sector de la salud sobre iniciativas relacionadas con la devolución de medicamentos (caducados). “De esta manera queremos evitar que la gente los tire por la cadena o los tire a la basura residual”.
Proyecto de piloto
A un nivel superior, se han iniciado una serie de proyectos piloto en Flandes sobre el filtrado de psicofármacos en plantas de tratamiento de agua: ¿qué combinación de tecnologías se puede utilizar para extraer la multitud de recursos de la manera más eficiente? Y a nivel europeo también hay una iniciativa legislativa que se centra específicamente en el problema. “Europa pide específicamente a los Estados miembros que se esfuercen por averiguar dónde se necesitan inversiones para eliminar del medio ambiente sustancias que hoy sabemos que tienen un impacto negativo”.
Los investigadores del estudio también están analizando a los médicos. El investigador y psiquiatra de la UM, Jurjen Luykx, cree que deberían estar mucho más atentos a la (cantidad de) medicamentos que prescriben.
“La forma en que recetamos medicamentos también merece atención. Esto se refiere, por ejemplo, a la cuestión de si podemos comenzar a eliminar gradualmente y con qué rapidez”, dice el investigador. “Además, podemos usar los resultados de este estudio para investigar en qué casos se puede dar prioridad a otros medicamentos que funcionan igual de bien en las pautas de tratamiento. Sería bueno que dichas directrices tuvieran más en cuenta el impacto de los tratamientos en el medio ambiente y el clima en el futuro”.
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