Cruise estaría listo para volver al servicio. La filial de conducción autónoma de General Motors, obligada a suspender todas sus actividades en noviembre, no quiere cometer los mismos errores del pasado y, por tanto, se tomará su tiempo.
Texas, una elección nada despreciable
Según Bloomberg, Cruise podría retomar sus pruebas de taxis autónomos en Houston y Dallas, Texas, en las próximas semanas. No es una elección trivial, ya que el estado tiene una de las regulaciones más indulgentes con respecto a la conducción autónoma.
Consolidándose como uno de los líderes del sector, la empresa se encontró contra la pared tras un grave accidente que afectó a uno de sus vehículos. Luego, sus taxis autónomos realizaron viajes sin conductor por las calles de San Francisco y Phoenix. Kyle Vogt, director ejecutivo de Cruise, dimitió de inmediato.
General Motors rápidamente tomó el asunto en sus propias manos y nombró a dos presidentes para informar a su junta directiva: Mo Elshenawy, vicepresidente ejecutivo de ingeniería de Cruise, y Craig Glidden, asesor general de General Motors. Mary Barra, directora general del fabricante, indicó a continuación que el objetivo principal de la filial era ante todo mejorar la seguridad de sus vehículos. Entonces, podría considerar el despliegue en una ciudad.
“ Nuestro objetivo es reiniciar la actividad en una ciudad con vehículos de conducción manual y pruebas supervisadas lo antes posible, una vez que hayamos tomado las medidas necesarias para reconstruir la confianza con los reguladores y el público. Nos reunimos con líderes del mercado para recopilar información, compartir actualizaciones y reconstruir la confianza. », detalló un portavoz de la empresa.
Los cruceros deben tranquilizar a los reguladores
Esta vez no es cuestión de apresurarse. Para competir con Waymo, Cruise trabajó anteriormente para expandir su negocio a un ritmo rápido a una docena de ciudades de Estados Unidos. Las pruebas se realizarán con un conductor de seguridad, habiendo organizado la empresa una formación adicional para ellos. Su misión será recopilar todos los datos necesarios para que los ingenieros puedan fortalecer su tecnología.
Los planes de Cruise eran particularmente ambiciosos antes de su cierre. Su objetivo era alcanzar una facturación de mil millones de dólares en 2025 y de 50 mil millones de dólares en 2030. Su reciente debacle corre el riesgo de obstaculizar seriamente este proyecto.
La misión principal de la empresa ahora es tranquilizar a los reguladores demostrando que su tecnología es segura y confiable.