Existe una gran indignación internacional por los referéndums que los gobiernos prorrusos van a realizar en las partes ocupadas de Ucrania. Se pregunta a los residentes si su región debería unirse a Rusia. Los líderes mundiales hablan de referéndums falsos cuyos resultados no serán aceptados.
Según las agencias de noticias estatales rusas, los referéndums se realizarán entre el 23 y el 27 de septiembre en las regiones de Donetsk, Luhansk, Kherson y Zaporizhzhia. Zonas ocupadas por prorrusos donde han huido cientos de miles de ucranianos. Los resultados, por lo tanto, parecen estar predeterminados.
Una victoria de los prorrusos significaría que los territorios ocupados, a los ojos de Moscú, se convertirían en territorio ruso. Los analistas temen que Rusia pueda hacer un mal uso de un ataque en esas áreas. Por ejemplo, como justificación para convertir la ‘operación militar especial’ en Ucrania en una guerra. Como resultado, se podría llamar a los 2 millones de reservistas para reforzar las fuerzas armadas debilitadas.
Los líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU reaccionaron con indignación a los referéndums. El canciller alemán Olaf Scholz lo llama “referéndums falsos” que violan el derecho internacional y que no serán rechazados. Según él, son meros intentos de Rusia de disfrazar la ‘agresión imperialista’.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que el plan “cínico” sería divertido si no fuera tan trágico. En todo caso, la comunidad internacional no reconocerá los resultados de esta “parodia”, dijo. Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional del presidente estadounidense Joe Biden, calificó el referéndum como una afrenta a los principios de soberanía e integridad territorial.
La situación tiene muchas similitudes con la de Crimea en 2014. También se celebró un referéndum en la península en ese momento, que no está reconocido internacionalmente. Según los rusos, el 97 por ciento de los habitantes votó a favor de unirse a Rusia, después de lo cual Rusia anexó la península.