La confianza en sí mismo de Cristiano Ronaldo parece no tener límites. Casi ningún jugador polariza tanto como él. ¿La superestrella está dañando a la selección de Portugal?
Los octavos de final de la Eurocopa entre Portugal y Eslovenia podrían haber pasado a los libros de historia como un asunto complicado si no hubiera sido por Cristiano Ronaldo. El marcador entre los dos equipos fue 0-0 durante 120 minutos angustiosamente largos. En el tiempo reglamentario no hubo goles, así que se pasó a la prórroga: allí falló Ronaldo con un penalti del portero esloveno Jan Oblak.
En el descanso de la prórroga, CR7 rompió a llorar, aparentemente abrumado por sus emociones porque no sólo había fallado el penal, sino que también había tenido varias oportunidades de ganar a lo largo del partido. Portugal se tambaleó hacia el final de la Eurocopa y sólo pudo evitar el bochorno ante Eslovenia ganando en los penaltis. Las cámaras se centraron entonces en un hombre en particular: Ronaldo, el héroe trágico que no anotó en 120 minutos, pero volvió a adelantar a su país en la tanda de penaltis, esta vez rematando.
Una montaña rusa de emociones que estuvo directamente ligada a la actuación de Ronaldo. Por eso, mucha gente se hace la pregunta: Al final, ¿a Cristiano Ronaldo sólo le interesa él mismo?
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