Una jerarquía inestable, líderes en apuros, una mentalidad manejable: el Borussia Dortmund lleva años luchando con los mismos problemas, y los entrenadores jóvenes como Edin Terzić y Nuri Şahin simplemente no pueden controlarlos.
El BVB vuelve a necesitar por fin un entrenador con experiencia, tipo molinillo, con principios firmes y una filosofía clara.
Alguien como Christian Streich.
Te permite jugar ofensivamente, pero no hara-kiri. Gira pero no confunde. Desarrolla jugadores jóvenes pero no cae en la manía juvenil. Streich no acepta ninguna excusa y hace que sea responsabilidad de su equipo recuperarse en partidos como contra el Augsburgo. Y eso le impulsa a volver a superarse finalmente ante rivales como el Real Madrid.
Lo más importante: Streich tiene una idea clara de lo que deben ser capaces de hacer sus principales jugadores. No tiene miedo de tomar decisiones difíciles.
A sus 59 años, Streich debería poder dejar atrás la rareza al menos hasta el punto de ser socialmente aceptable en un club importante como el Dortmund.
Lógicamente: el Borussia tiene que hacer un esfuerzo para conseguirlo para al menos tener una segunda mitad de temporada exitosa. Lo ideal sería que Mats Hummels y Niclas Füllkrug regresaran con más mentalidad, y sin Emre Can.