La hipótesis de una llamada telefónica entre Mario Draghi y Vladimir Putin planteada en estas horas debe leerse a nivel internacional pero también a nivel interno. La solicitud del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyj de incluir a Italia entre los países que en perspectiva podrán formar parte de un contingente de paz para defender el territorio ucraniano de posibles futuras agresiones, confirma el interés de participación activa que se vislumbra en el plano interno. frente con más y más preocupación.
Distingo en gastos de defensa
Así lo demuestran las distinciones de la Liga y sobre todo de Giuseppe Conte y del Movimiento 5 Estrellas, con motivo del debate en vísperas del viaje del Primer Ministro a Bruselas y sobre todo la resistencia a apoyar los gastos para el aumento de fondos de defensa Una subida que -siempre conviene recordar- se espera en realidad a partir de 2014 pero que los Gobiernos que han seguido desde entonces -incluido el amarillo-verde liderado por Conte- han evitado conseguir pero ni siquiera han querido anular.
El acto de equilibrio de Conte
La beligerancia de Putin y la aceleración hacia una defensa europea, sin embargo, hicieron urgente la decisión. Conte, tras una suerte de esto o lo otro en el que adelantó que M5s no confirmaría el aumento del gasto en armamento, confirmando así la hipótesis de una salida de la mayoría y una crisis de gobierno, ahora asegura que su partido no tiene ninguna intención de cuestionar al ejecutivo pero que se debe encontrar una solución de “sentido común”. Veremos en breve cuál de las dos posiciones adelantadas en veinticuatro horas por el ex primer ministro M5s será confirmada (mientras tanto, Conte puede haber vuelto a ser legitimado presidente del Movimiento).
La llamada Draghi-Putin y el enfrentamiento político interno
Y no puede descartarse que la perspectiva del enfrentamiento telefónico entre Draghi y Putin pueda convertirse en un elemento a jugar también en el enfrentamiento político interno. Sin duda, la Liga Norte lo hará. Por ahora, la versión pacifista de Matteo Salvini ha generado mucho escepticismo incluso dentro de su propio partido. Pero la reanudación de un enfrentamiento con Moscú podría suponer un soplo de aire fresco para el líder del Carroccio que tras el tonto en Polonia se ve obligado a presenciar el nuevo salto adelante del presidente de los Hermanos de Italia, Giorgia Meloni. El frente interno sigue siendo el más caliente. Para alimentarlo están los administrativos de junio (y los referéndums de Justicia), el frenazo repentino de la recuperación y un futuro complicado por la crisis energética, el nuevo orden internacional y la llegada de millones de refugiados.
Guerra y crisis energética en vísperas de la campaña electoral
Una mezcla explosiva sobre la que se disparará la campaña electoral para el 2023 y las políticas post-Draghi. En este momento registramos un centro-derecha profundamente dividido, como lo demostró también la guerrilla en las candidaturas administrativas y regionales en Sicilia, y sobre todo la no aceptación por parte de Salvini (y Berlusconi) del liderazgo de Meloni. Pero el frente de centro-izquierda quizás esté peor. Las Cinquestelle se dividen en Parlamento y fuera. M5s continúa perdiendo consenso y, como confirman las posturas de Conte, para demostrar ser un aliado frágil y poco confiable para el Pd de Enrico Letta.