Crecimiento y formación para empresas más sólidas


Los extraordinarios acontecimientos de la primera mitad de la década de 1920 y las políticas económicas y estrategias empresariales puestas en marcha para hacerles frente, nos han enseñado a leer las estadísticas con otros ojos. Los datos de liquidaciones y quiebras no son una excepción, con el 2020 como singularidad que registró un número de eventos menor al habitual debido a las medidas adoptadas para mantener «suspendida» la estructura económica en los meses más duros de la pandemia: refrigerios, moratorias de deudas, préstamos sin o casi sin intereses, despidos por Covid, etc.

Economía condicionada por shocks globales

Incluso el regreso a la normalidad pospandemia, como sabemos, ha visto una sucesión de choques globales que aún hoy afectan la esfera socioeconómica, con el correlato de intervenciones públicas en apoyo de las empresas (y los hogares), basta pensar en las medidas. para dar alivio en el pico de los costos de energía que en algunos países como Alemania han requerido recursos fiscales masivos.

Todo ello, tanto las patologías del sistema internacional como los intentos de remedio, han incidido en los tiempos y modalidades de la dinámica de las crisis empresariales y los procedimientos concursales. Tras el repunte de 2021 y el descenso asociado a la recuperación de 2022, las liquidaciones y quiebras están al alza este año, aunque conviene esperar a los datos definitivos para sacar conclusiones.

No cabe duda de que la restricción monetaria implementada en casi todo el mundo -y el drenaje de los stocks de liquidez- contribuyen a sacar a la luz situaciones de fragilidad ya latente o, en algunos casos, a crear las condiciones para crisis empresariales. Una tendencia que ya se ha manifestado en Estados Unidos donde algunas empresas, aún con tradiciones milenarias, han sufrido el impacto de la pandemia, se han mantenido en la línea de agua por subsidios públicos, para luego rendirse a la crisis crediticia y también a nuevas trayectorias tecnológicas (sí, véase Il Sole 24 Ore del 13 de agosto).

Saber más

De hecho, la demografía corporativa en su conjunto también se ve afectada por intensas fluctuaciones y transformaciones tecnológicas, como se puede ver, por ejemplo, en la caída de alrededor del 10 % en la creación de nuevas empresas en Italia en 2022 en comparación con 2021. La digitalización y la transición energética han un impacto en el universo de empresas, nuevas o existentes, pero para sostenerse estas evoluciones requieren menos incertidumbre en la dinámica tecnológica y regulatoria, estrategias claras a nivel europeo y nacional e inversiones adecuadas para hacer la transición al menos parcial de la producción antigua a la nueva. segmentos y cadenas de suministro.



ttn-es-11