China, uno de los mayores consumidores de semiconductores del mundo, está experimentando un comienzo peculiar para 2023. El país está intensificando sus esfuerzos para luchar contra el aumento de Covid-19 en todo el país, que está perturbando su economía y obligándolo a hacer concesiones. Beijing también debe lidiar con otras dificultades…
La política de cero covid perjudica la economía de semiconductores de China
La politica “ Cero covid liderada por el gobierno de Xi Jinping ha contribuido al deterioro del crecimiento, del mercado laboral e inexorablemente al del mercado de componentes electrónicos, prioridad de Pekín. China acabó poniendo fin a esta doctrina el 7 de diciembre al relajar considerablemente las normas de confinamiento. Sin embargo, desde entonces, el país enfrenta un brote de casos de Covid-19, y más particularmente la provincia de Henan, donde el 89% de los habitantes se han infectado. Ante esta situación, China se ve obligada a suspender parte de su gasto.
Si bien tenía previsto en diciembre de 2022 invertir más de 130.000 millones de dólares del primer trimestre de 2023 para competir con Estados Unidos en semiconductores, el gobierno chino busca ahora nuevas alternativas para ayudar a las empresas del sector. Bao Linghao, analista de Trivium China, dio su opinión sobre la situación a Bloomberg“ Es cierto que los gobiernos locales andan escasos de dinero, pero si Beijing quiere ofrecer apoyo financiero a la industria de los chips, encontrará la manera de hacerlo. “.
Desde 2014, cuando el gobierno chino estableció el Fondo Nacional de Inversión en la Industria de Circuitos Integrados, el Reino Medio ha invertido mucho en este mercado. Sus dos grupos emblemáticos, Semiconductor Manufacturing International Corp (SMIC) y Yangtze Memory Technologies Co (YMTC), siempre han contado con el apoyo de los principales líderes del país.
Las restricciones estadounidenses pesan mucho en la balanza
Beijing también debe tener en cuenta las medidas restrictivas tomadas contra ella por la Administración Biden. En octubre de 2022, a una treintena de empresas chinas se les prohibió importar chips de alto rendimiento y equipos que permitieran la fabricación de estos semiconductores directamente desde Estados Unidos o sus países aliados. Mientras tanto, nuevas empresas se han sumado a esta famosa lista negra y otros países como Holanda se han sumado a la causa de los americanos.
Para China, las sanciones de Washington son un verdadero golpe. El país registró en noviembre de 2022 su nivel más bajo de importaciones de equipos para la fabricación de chips desde mayo de 2020. Las importaciones de semiconductores también cayeron. La producción de chips colapsó, víctima de la caída de la demanda.
Según Bao Linghao, aislado de los proveedores estadounidenses, los fabricantes de chips tendrán que basarse en sectores de nicho en los que se especializan. El especialista evoca el caso de los coches eléctricos que sería “ uno de los desafíos del mañana y un área en la que China podría tomar una ventaja considerable “. El Reino Medio se basaría en las tierras raras que posee para producir componentes de alto rendimiento. Una estrategia que puede dar sus frutos ya que China tiene el 90% de las plantas de refinación de tierras raras en el mundo.
En cualquier caso, China tendrá que replantearse su estrategia de semiconductores durante 2023 si no quiere quedarse (más) rezagada por Estados Unidos.