Lo que se desprende de los datos sobre la tendencia de hospitalizaciones y muertes es un misterio COVID-19 en las últimas semanas. “Los datos indican que más del 80% de los fallecidos tienen más de 90 años y al mismo tiempo indican que casi no hay pacientes de esa edad hospitalizados en cuidados intensivos”, observa el virólogo. francesco broccolode la Universidad de Salento, en referencia a lo informado en el seguimiento semanal del Istituto Superiore di Sanità y del Ministerio de Salud.
Mayores hospitalizaciones y mortalidad en grupos de mayor edad
El seguimiento indica que las tasas de hospitalizaciones y la mortalidad es mayor en los grupos de mayor edad, hasta 116 por millón de habitantes mayores de 90 años y que en ese mismo grupo etario la tasa de hospitalización en unidades de cuidados intensivos es de 1 por millón de habitantes desde el pasado 1 de julio; del 6 de mayo al 24 de junio fueron cero. En el mismo periodo y siempre por encima de los 90 años, la tasa de mortalidad aumentó progresivamente de 1 por millón de habitantes, registrado el 6 de mayo, a 11 el 8 de julio, hasta 29 por millón de habitantes el 5 de agosto.
Los mayores de noventa hospitalizados en salas ordinarias
«Nelle cuidados intensivos casi no hay personas mayores de 90 años, pero no mueren en casa teniendo en cuenta que hay muchas personas de esta edad hospitalizadas en departamentos ordinarios”, señala el virólogo, refiriéndose a que las hospitalizaciones de personas mayores de 90 años han aumentado de 13 por millón de habitantes el 6 de mayo a 110 el 8 de julio y 173 el 29 de julio, para descender a 116 el 6 de agosto. Por tanto, para el virólogo cabe preguntarse por qué los mayores de noventa años hospitalizados en departamentos ordinarios no acaban en cuidados intensivos.
El curso leve de la enfermedad en mayores de noventa años
«El curso de la enfermedad es leve, se trata de formas moderadas que no aumentan los parámetros de saturación, como los relacionados con las tromboembolismos, y otros parámetros críticos que requieren hospitalización en cuidados intensivos», observa Broccolo. «Muchos de estos pacientes – continúa – por lo tanto no manifiestan eventos agudos o síntomas clínicos graves que justifiquen la hospitalización en cuidados intensivos. Sin embargo, esto no significa que no corran riesgo de una evolución desfavorable de la enfermedad”.
Predecir el riesgo de evolución desfavorable de la enfermedad
Predecir este riesgo es posible utilizando pruebas como las basadas en biomarcadores específicos para Covid-19, como suPar, observa el virólogo. «Son pruebas disponibles, pero que no se utilizan en la práctica clínica. Sin embargo, a través de este biomarcador ahora bien validado sería posible predecir casos críticos, midiendo el nivel de activación de la respuesta inmune ya en el momento de la hospitalización, y esta estrategia – concluye – podría mejorar el manejo clínico reduciendo aún más la mortalidad entre los pacientes más vulnerables”.