Cospito, hoy desfile de anarquistas en Roma y guarnición frente a la prisión de la Ópera

Monitoreo continuo de las condiciones de salud

Ayer la penitenciaría de Milán entró para una larga conversación con él, pero también con su abogado Flavio Rossi Albertini, la presidenta del Tribunal de Vigilancia Giovanna Di Rosa y la jueza Ornella Anedda. Los magistrados, a través de los informes enviados por los médicos del centro clínico de la prisión, están realizando un control continuo y constante de las condiciones del anarquista de 55 años, porque es un deber, como se ha explicado, verificar el estado de salud de todos los presos y la compatibilidad de los parámetros clínicos con la detención.

Las razones de la “lucha política”

Mientras tanto, el ideólogo de la federación anarquista informal repite a todo aquel que tiene la oportunidad de reunirse con él, en esa sala única del Servicio Integral de Atención, las razones de su “lucha política” y por qué no está dispuesto a interrumpirla. “Yo no tengo nada que ver con la mafia -explica- quiero que se cancele el 41bis para todos, porque es una herramienta que quita libertades fundamentales, he visto mafiosos que son ancianos y enfermos, gente que ya no es peligrosa “. Sobre los atentados, especialmente los incendios provocados, que se han multiplicado en los últimos días con reclamos en apoyo a su causa, Cospito aclara que en la ideología anarquista “no se juzga la acción de los demás” y que sus escritos siempre han sido “individualistas, porque no hay sin organización.

Posible traslado al hospital

A lo largo de los años, muchos presos han protestado, por diversos motivos, con el instrumento de la huelga de hambre, pero la “autoinducción” en condiciones clínicas críticas, según la jurisprudencia, siempre ha sido valorada negativamente por los jueces para una posible concesión de pena. medidas alternativas o para prórrogas de la pena a cumplir. Por el momento, sin embargo, la defensa de Cospito no ha presentado tales solicitudes. La Vigilancia, sin embargo, podría decidir, si fuera necesario, el traslado al hospital conectado a la prisión de Opera, es decir, el San Paolo. El estado de ayuno de un recluso, pues, como se ha explicado, puede ser interrumpido mediante alimentación forzada, cuando la persona esté inconsciente o cuando se haya comprobado que esa conducta deriva de una patología psíquica.

El no a la visita psiquiátrica prevista

Cospito se negó a someterse al examen psiquiátrico programado. También es posible evaluar en hipótesis, como último recurso, el uso de tratamiento médico obligatorio. Para complicar el panorama llegó la “declaración anticipada de tratamiento” sobre el no a la alimentación forzada, que habrá que evaluar si llegamos al escenario más trágico. En definitiva, cuestiones jurídicas que se suman a las políticas en una historia que parece no tener solución. Mientras que el abogado Rossi Albertini, que ha presentado una solicitud de revocatoria del 41bis, apela al ministro Nordio: «Las condiciones de Alfredo, su físico probado, los casi 110 días de ayuno, los 45 kilogramos de pérdida de peso ya no permiten dilaciones ni una especie de esperar y ver”.



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