Cospito, aquí están todos los cargos contra el anarquista

El 22 de noviembre del año pasado, diez días antes de que el coche de la diplomática italiana Susanna Schlein fuera incendiado en Atenas, los Digos de Turín habían comunicado a la autoridad judicial que los Fai-Fri estaban en pleno funcionamiento. La ocasión fue el proceso derivado de la denuncia del reo Alfredo Cospito contra el 41 bis. Se envió una nota desde la Jefatura de Policía de la capital de Turín enumerando una serie de acciones anarquistas: la última, el paquete explosivo al director general de Leonardo, Alessandro Profumo, en Roma, reclamado por la ‘Brigada Fai-Fri Masetti’ y dedicado a Cospito: «Sáquenlo de la prisión dura o tendrán que empezar a lavarle la sangre».

Cospito considerado el motor de Fay

Según los investigadores no se trataba sólo de una cuestión de solidaridad con el compañero de prisión. Cospito es considerado el impulsor del Fai, que supuestamente inventó hace unos veinte años al modificar las teorías sobre la «acción directa» de un exponente histórico del anarquismo, Alfredo Maria Bonanno: una red «horizontal», «informal» de «células». repartidas por el mundo y formadas por activistas que ni siquiera se conocen pero que comparten el modelo de lucha. En los autos se le atribuye «un papel de primer orden» que ejerce también desde prisión, situándose como «punto de referencia para los «asociados libres» a los que «indica líneas programáticas y objetivos a alcanzar».

Mensajes enviados fuera de prisión

Prueba de ello, según los investigadores, son los mensajes que enviaba fuera de la cárcel (donde está desde 2012) y luego aparecidos en «folletos clandestinos» o sitios de la zona, las sentencias interceptadas, las pistas que se desprenden de diversas investigaciones. El Digos menciona la primicia de una revista del sector, «Vetriolo», que entre 2018 y 2019 presentó en tres episodios una entrevista-diálogo con Cospito, en ese momento preso en Ferrara (el 26 de mayo de 2020 el director de la prisión comunicó que nunca fue autorizado) . El anarquista habló de la necesidad de «vivir la revolución de inmediato, con violencia, sin compromisos», explicando que «el terrorismo es una práctica que los anarquistas siempre han usado» y que los paquetes bomba son «parte de la ‘tradición'».

La negativa a llamarse ideólogo

Los analistas también leen en las palabras de Cospito una «crítica contundente a la negativa de cierto insurreccionalismo a golpear al pueblo» y «hacia quienes se dedicaban exclusivamente al sabotaje». Pero el anarquista no acepta la etiqueta que le cosen. El 5 de diciembre, en Turín, durante el juicio en el que arriesga cadena perpetua, tomó la palabra para reiterar que “desde la cárcel seguí escribiendo y colaborando en la prensa anarquista”; sin embargo, nunca afirmó querer ser ideólogo o director de orquesta. Sus abogados han afirmado repetidamente que es imposible rastrear un vínculo entre los artículos y los ataques. Es el propio Cospito, en unas entrevistas de las que se pueden encontrar rastros entre los papeles de una investigación en Perugia, quien subraya que «nadie toma en consideración» lo que dice.



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