Corea del Norte aún no ha administrado ninguna vacuna después de dos años de pandemia de corona

Corea del Norte y Eritrea son los dos únicos países que aún no han administrado vacunas contra el Covid-19. Hubo intentos internacionales de suministrar vacunas a Corea del Norte. Pero los expertos dicen que no eran las vacunas adecuadas para el dictador Kim Jong-un, no se ofrecieron lo suficiente o simplemente fue una elección política rechazarlas.

Pyongyang rechazó el año pasado casi dos millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca y casi tres millones de la vacuna de Sinovac. Esas vacunas vinieron del programa COVAX. Las vacunas de Sinovac estarían mejor si fueran a los países más afectados, pensó Corea del Norte. A principios de este año, 250.000 dosis de la vacuna Novavax no se entregaron a Corea del Norte por falta de interés.

Los expertos dicen que Pyongyang no estaba satisfecho con la cantidad de vacunas ni con el tipo y por eso el régimen las rechazó. “Lo que Pyongyang quiere son vacunas fabricadas en Estados Unidos como las de Pfizer”, dijo a ABC News Lee Wootae, director del Instituto de Unidad Nacional de Corea. Según Shin Young-jeon, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Hanyang de Corea del Sur, se ofrecieron muy pocas vacunas al país vecino y una cantidad tan pequeña de dosis tendría poco efecto. Corea del Norte tiene una población estimada de casi 26 millones.

Otra razón más para la negativa del país solitario podría ser de naturaleza política. “El mensaje de que Corea del Norte está superando una crisis médica con vacunas fabricadas en Estados Unidos es difícil de justificar para el régimen de Kim Jong-un, dada su postura crítica sobre Estados Unidos”, dijo Lim Eul Chul a ABC News. Es profesor en la Universidad de Kyungnam en Corea del Sur.

Además, cualquier entrega de vacunas también está sujeta a condiciones que probablemente no le gusten al régimen. “Si Pyongyang aceptara la oferta de vacunas, debe poder garantizar un plan transparente para la distribución de las vacunas”, explica Lim. “Esto significa permitir la entrada de observadores internacionales al país e interferir en cómo se distribuye la vacuna y a quién”.



ttn-es-3