Corazón y ruido: la contaminación acústica es un factor de riesgo de infarto


La exposición crónica al ruido puede representar un nuevo factor de riesgo de ataque cardíaco e influir negativamente en la recuperación después de un evento cardiovascular. Esto lo confirman dos estudios presentados recientemente en elSociedad Europea de Cardiología.

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Ruido y riesgo cardiovascular

Además de los factores de riesgo clásicos como la hipertensión, el sobrepeso y el tabaquismo, el El ruido ambiental se perfila cada vez más como una amenaza para la salud del corazón.

De hecho, la exposición prolongada al ruido activa una respuesta de estrés crónico que involucra los sistemas nerviosos simpático y endocrino, lo que lleva a una aumento del ritmo cardíacodesde el presión arterial ea vasoconstriccióncondiciones que pueden conducir al desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Ataque cardíaco en gente más joven

Un primer estudio realizado por investigadores de Grupo clínico Gesundheit Nord en Bremen identificó una correlación entre la exposición al ruido y el ataque cardíaco en sujetos menores de 50 años. El análisis, en el que participaron 430 pacientes con infarto, reveló que vivían principalmente en zonas especialmente ruidosas de la ciudad. Llama la atención que, en muchos casos, la exposición al ruido fuera el único factor de riesgo en comparación con sus pares sanos, lo que sugiere un papel importante del ruido en la aparición de un ataque cardíaco.

Mujer recortando un seto en su propio jardín. Lleva una camisa rosa y protectores auditivos rojos para bloquear el ruido del cortasetos.

La recuperación se ve afectada negativamente

El segundo estudio, realizado por investigadores deUniversidad de Borgoñaexaminaron el efecto del ruido en la recuperación de pacientes dados de alta después de un ataque cardíaco. De los 864 pacientes analizados, el 19% sufrió un nuevo evento cardiovascular mayor dentro del año posterior al alta. El análisis mostró que un aumento de 10 decibeles en el ruido nocturno daba como resultado un aumento del 25% en el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares importantes, independientemente de otros factores de riesgo.

Para más información, leer aquí el análisis en profundidad publicado en la Revista de la Fundación Veronesi



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