Los residentes del centro de Drenthe gastarán más en impuestos y gravámenes en los próximos años. Mientras tanto, el municipio está buscando formas de cerrar los grandes agujeros en el presupuesto.
“Vamos a tener un déficit de 6 millones sobre un presupuesto de 110 millones. Tenemos que hacer algo”, afirma la concejala de Hacienda, Rieja Cuervo (PvdA). “No tenemos muchas buenas noticias”.
Raven ha sido concejal durante más de un año y dice que le está yendo bien. Aunque es mantequilla agria, porque La Haya lo pone bastante difícil. En los próximos años fluirá menos dinero del gobierno a los municipios.
Esto ya será palpable el próximo año en el centro de Drente. Se utilizan reservas y se aumentan los costos.
El municipio quiere recaudar un 10 por ciento más de ingresos por impuestos a la propiedad, estos impuestos sobre edificios y terrenos se incrementarán en un 3,2 por ciento, además de la indexación (4,5 por ciento). Los aumentos en el valor de los bienes inmuebles sobre los cuales se calcula el impuesto aumentan aún más los costos para los residentes.
Según el municipio, los propietarios de una casa adosada gastarán el próximo año 2,20 euros más al mes, frente a los 4,40 euros de una vivienda unifamiliar. El impuesto al alcantarillado también está aumentando. Los turistas y viajeros pagarán un 10 por ciento más.
El presupuesto para 2025 ya está completo, pero hay nuevos desafíos. En 2026, nos espera un déficit de 2,5 millones de euros, que aumentará a más de 6 millones en los años siguientes, y también se necesitan 2,5 millones de euros para nueva política.
El ayuntamiento quiere hacer recortes. En total, se están trazando planes en los que se gastarán 12 millones menos de lo que se recibirán. “Entonces todavía podremos tomar decisiones con el consejo municipal”, afirma Raven.
Por ejemplo, se puede reducir el mantenimiento de las carreteras. El concejal Jan Schipper (CDA) califica esto de “molesto”. “No hay suficiente dinero para que todas las carreteras alcancen el nivel deseado”. Algunas carreteras agrícolas ya no podrán estar asfaltadas. “Se puede bajar el nivel de una carretera asfaltada existente y luego sustituirla de una sola vez por adoquines de hormigón”.
“No es un mensaje agradable. Si se hubiera podido hacer de otra manera, lo habríamos hecho”, afirma la concejala Raven.
Las asociaciones y los pueblos se darán cuenta de que no todo puede continuar como hasta ahora. “Tenemos que hablar con todos, a veces serán malas noticias. Tenemos que ser honestos al respecto”.
¿Cómo es ser Consejero de Hacienda? “Estos son tiempos interesantes”, dice Raven. “Tienes una gran responsabilidad. No digo que sea divertido, pero sí interesante”. Menos dinero significa más opciones y debates políticos. “¿Qué es lo que realmente queremos?” es la pregunta central, según ella.