¡Contraorden! Tom Brady no se detiene: "Aún no. el trabajo no esta hecho"

Hace seis semanas el anuncio del parón a los 44 años. Tampa se lo creyó y le había dado paso al gran mariscal de campo. Y ahora es el octavo Super Bowl a la caza de una carrera extraordinaria.

Tom Brady ha cambiado de opinión: vuelve a jugar. Había anunciado su retiro, pero cambió de opinión. Un anuncio en las redes sociales, un destello inesperado: “En los últimos dos meses me di cuenta de que mi lugar sigue estando en la cancha y no en las gradas. Llegará ese momento. Pero no es ahora. Amo a mis compañeros y a mi familia que me apoyan y hacen que todo sea posible. Regresaré para mi temporada 23, a Tampa. La obra no está terminada”.

vacilante

Si el retiro no sorprendió a nadie, de hecho los medios estadounidenses incluso lo habían anticipado, arruinando el anuncio, este giro es sensacional e inesperado. Sí, Brady siempre había parecido dejar una puerta abierta a un futuro regreso, quién sabe, pero parecía casi normal que después de tanto tiempo sobre la parrilla el Californian 44 luchara por romper con esa realidad. En resumen, parecía más que nada que comprensiblemente estaba tomando tiempo metabolizar el nuevo estatus de ex jugador, el más grande de su deporte. Incluso en la reciente reunión con Cristiano Ronaldo a la pregunta directa del portugués, si se había «cerrado» definitivamente, no había dado una respuesta certera. Bueno, ahora esas vacilaciones, esas vacilaciones, en retrospectiva, adquieren contornos más claros: Brady estaba teniendo dudas.

Tampa lo estaba esperando

Los Bucs no se habían rendido, luego del anuncio hace 6 semanas. Esperaban que el amor por el balón ovalado fuera más fuerte que su deseo de dedicarse a su familia, a su pareja Gisele, la famosa modelo brasileña, y a sus hijos. Tampa, con quien ganó un Trofeo Lombardía en dos temporadas y disputó dos veces los playoffs, entretanto no había hecho ninguna oferta por otros mariscales de campo, a pesar de un mercado efervescente en este sentido, con Wilson rematando en Denver procedente de Seattle y Watson, fuera en Houston, cortejado por media NFL. Mientras tanto, uno de sus mejores receptores, Godwin, ha renovado su contrato, recibiendo la etiqueta de franquicia para la próxima temporada. Ahora el mercado de Tampa puede arrancar con diferentes expectativas: habrá muchos veteranos -quizás empezando por el fiel Gronkowski- que querrán jugar con Brady, para intentar ganar juntos lo que para el eterno mariscal de campo sería el octavo Super Bowl. El Gerente General de los Bucs, Jason Licht, había dicho: «Le dejaremos la luz encendida». Brady la vio y se fue a casa.



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