En febrero y marzo de 2008, Iron Maiden escribió la historia de la música: en solo 45 días, los músicos dieron 23 conciertos en arenas y estadios de Asia, Australia y América del Norte, Central y del Sur. Eso solo fue posible porque los veteranos del heavy metal tenían su propio avión, el Ed Force One, y su incansable capitán, el cantante Bruce Dickinson, en la cabina.
La gira de aventuras que vio a Iron Maiden circunnavegar el mundo (con tripulación y doce toneladas de equipo de escenario) en el Boeing 757 ahora fuera de servicio resultó en que medio millón de personas en 13 países tuvieron la oportunidad de ver al grupo en vivo.
El documental “Iron Maiden – Flight 666” muestra este acto hercúleo, pero también cómo la banda siempre está en llamas delante y detrás del escenario. Por supuesto, los músicos no solo tienen estrés con este programa gigantesco, sino también mucha diversión y un espíritu que difícilmente se puede comparar, que está bien capturado en esta película.
Arte, 24 de junio a las 22 h. En el Mediateca hasta el 23 de julio.
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