Un autobús con ayudas para los refugiados ucranianos ha llegado a Polonia desde Assen. Esto se refiere principalmente a dispositivos médicos, medicamentos, ropa y calzado. Los artículos se recogieron en Assen y ha habido tantos que un camión con mercancías también partirá de Assen hacia Polonia este fin de semana.
El conductor del autobús, Harmjan Sloots, se sintió llamado a viajar a Polonia. Tiene amigos en Ucrania y por eso también está afiliado a la organización Assen for Ukraine. El martes por la tarde, Harmjan Sloots inició la campaña de ayuda en Facebook y fue un éxito. “Por la noche ya teníamos demasiado para un autobús, así que lo cargamos y el resto va por ahí con un camión”.
‘Tuve que hacer algo’
Sloots se está arremangando con la exitosa campaña de recaudación de fondos. “Cuando escucho que a los ucranianos no les queda nada y caminan o conducen hasta la frontera con una bolsa, me da picazón. Tenía que hacer algo”, dice Sloots. Los sloots ya querían cruzar la frontera a Ucrania para recoger refugiados allí, porque no se les permite cruzar la frontera ellos mismos. “Entonces puedo llevarlos a un punto de recogida en la frontera polaca”. Todavía es incierto si él puede hacer esto.
Sloots ya ha llegado a la capital polaca, Varsovia. “Cuando camino aquí en el centro comercial, nada parece estar mal, mientras que a unos pocos kilómetros de distancia es angustiante”, dice Sloots. Va de compras con dos amigos de Varsovia para que rellenen el autobús vacío con cosas que llevan a la frontera. “Vamos de compras, pero luego no vamos de compras. Buscamos equipo militar, una buena bolsa y zapatos”. En Varsovia, a Sloots también se le ofrecen cosas de los polacos “las metemos donde sea posible, para que el próximo autobús ya pueda ir a la frontera”, según Sloots.
Amigos de Ucrania
Los amigos de Sloots de Ucrania ahora están a salvo. “Afortunadamente, a mis amigos se les permitió cruzar la frontera y no tuvieron que pelear”. Se desconoce si eso se debe a que uno de ellos tiene hijos pequeños y el otro está médicamente dado de alta para el ejército. A Sloots le resulta difícil calcular cuándo podrá volver a casa. “Todavía no está claro cuánto tiempo me quedaré aquí, me he tomado al menos dos semanas de descanso. Es difícil irme porque todavía hay mucho que hacer aquí”.