El Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear (BMUV) ha presentado actualmente un borrador de Estrategia Nacional de Economía Circular (NKWS). Esto pretende servir como marco central para que el gobierno federal reduzca la contaminación ambiental, proteja la biodiversidad y promueva la protección del clima.
El borrador aborda explícitamente los cortos ciclos de uso de muchos productos, incluidos los textiles y el calzado. La NKWS apoya el objetivo de la Estrategia Alemana de Sostenibilidad de reducir el uso de materias primas para el consumo privado de los hogares en al menos un 20 por ciento hasta 2030. Como parte de la iniciativa “Digital Product Pass”, se implementarán proyectos piloto en ocho sectores clave, incluidas las industrias textil y del calzado, de aquí a 2028 con el fin de adquirir experiencia práctica y desarrollar habilidades. Las pequeñas y medianas empresas (PYME) reciben programas y servicios de financiación específicos para apoyar la introducción de pasaportes de productos.
El BTE apoya fundamentalmente los esfuerzos por desarrollar un NKWS. La sostenibilidad, la protección del clima y el medio ambiente, así como la economía circular, han adquirido recientemente más importancia en la industria textil y del calzado. Los efectos secundarios negativos en la producción, el comercio, el consumo y la eliminación, así como la naturaleza finita de los recursos disponibles, ya no pueden ignorarse ni tolerarse. La industria también ha reconocido que, en el contexto de la reducción de los peligros de la dependencia de las materias primas, los cuellos de botella en el suministro y los aumentos de costos, es necesaria una economía más sostenible y eficiente en el uso de los recursos. Asimismo, debe registrarse un cierto cambio en la conciencia de los consumidores sin que pueda hablarse de cambios masivos en las decisiones de compra.
Sin embargo, el BTE dejó claro en su comunicado a la BMUV que los textiles y la confección son fundamentales y elementales para la vida diaria. Además de la pura función protectora contra el frío, el calor, los peligros, etc., la ropa satisface otras necesidades humanas importantes (por ejemplo, la autorrealización, la pertenencia a un grupo, la integración social, la participación), especialmente en sociedades multiculturales y abiertas, que son importantes para la La satisfacción de las personas y, en última instancia, de la estructura social en su conjunto puede ser significativa.
Según los conocimientos o datos de BTE, la ropa se clasifica porque en aproximadamente el 35 por ciento de los casos ya no le queda bien y en aproximadamente el 30 por ciento de los casos está desgastada o dañada. Esto significa que alrededor de dos tercios de las clasificaciones involucran factores que pueden clasificarse como comprensibles o comunes. Sólo algo menos del 20 por ciento de los consumidores afirma que considera que su ropa y sus zapatos no están de moda y por este motivo los descarta. Alrededor del 10 por ciento también piensa que básicamente tiene demasiada ropa y por eso la ordena. El 5 por ciento restante clasifica los textiles por razones que no están claras, a menudo con el argumento de que “no hay más espacio en el armario”.
En este contexto, en opinión de BTE, no puede ni debe haber una “campaña” fundamental contra la ropa o los textiles en el marco de una estrategia de economía circular. Más bien, el objetivo y la orientación de una economía circular deben ser identificar “excesos” y desarrollos indeseables significativos en la industria textil/confección, reducirlos y convertirlos en un sistema circular y sostenible.
Por lo tanto, como parte de la implementación de los contenidos y objetivos de la NKWS, el gobierno federal debería esforzarse por crear un marco regulatorio no burocrático que formule objetivos claros y realistas y permita a las empresas alcanzarlos. Esencialmente, los principios de la economía de mercado también deberían aplicarse dentro del NKWS y no deberían dificultarse ni impedirse fundamentalmente.
Básicamente, cree que una desvinculación total del consumo de recursos y el crecimiento económico en la industria textil y de la moda no es factible ni conveniente. Las razones de esto pueden incluir, por ejemplo, efectos de rebote, cambio de problemas (la solución de un problema ecológico crea nuevos problemas o los exacerba en otras áreas) o desarrollos tecnológicos insuficientes e inapropiados. Por lo tanto, el objetivo de todos los esfuerzos debe ser lograr el mayor nivel posible de desacoplamiento. Cualquier otra cosa parece poco realista, incluso desde una perspectiva global.
Conclusión de la declaración de BTE: La industria ya es proactiva en muchos ámbitos. Sin embargo, en el proceso posterior el legislador no debe olvidar que las medidas propuestas deben garantizar un sentido de proporción y proporcionalidad. ¡Porque las empresas ya se enfrentan y cargan con una burocracia legal excesiva!