¿Cómo puede la tecnología apoyar el desarrollo de tiendas?


El cierre obligatorio de las tiendas no alimentarias durante la crisis del COVID ha penalizado a muchos pequeños comerciantes. Para asegurar su supervivencia, algunos han optado por reinventarse lanzándose a la venta online. En Francia, el sector del comercio electrónico registró un aumento del 13,8% en 2022 y ahora pesa 146.900 millones de euros. Según Fevad, “las tiendas-rótulos son las grandes ganadoras de esta digitalización de los customer journeys, con un aumento de las ventas online de alrededor de un tercio”. Sin embargo, no todos los minoristas han elegido o tienen la capacidad de realizar ese cambio hacia las ventas en línea. En este contexto, ¿cómo aprovechar la tecnología dentro de su espacio de venta?

El móvil: un aliado de elección

La tecnología móvil está desempeñando un papel cada vez más importante en la fusión de las experiencias minoristas en línea y en la tienda. Para garantizar una conexión móvil fluida, los comerciantes deben priorizar el acceso confiable a Internet de alta velocidad en sus tiendas. El Wi-Fi en la tienda ya no es una opción, sino un imperativo estratégico. Los consumidores naturalmente esperan beneficiarse del acceso móvil integrado para tener una experiencia conectada y personalizada en cada punto de contacto del recorrido del cliente.

El Wi-Fi confiable permite a los consumidores usar dispositivos móviles para leer información de productos, comparar precios y acceder a la aplicación móvil de la marca en la tienda. También ofrece a los clientes una forma segura de usar, por ejemplo, dispositivos móviles de escaneo para facilitar el pago de sus compras en la caja automática. Invertir en tecnología WiFi es una palanca para que los minoristas reafirmen su competitividad en un mercado competitivo. También les ofrece acceso y análisis de ciertos tipos de datos de clientes para mejorar su eficiencia general, respaldar las ventas y, en última instancia, fidelizar a los clientes.

Análisis de datos: un elemento clave

Si bien los datos son omnipresentes en nuestra vida diaria, los minoristas aún necesitan la capacidad de recopilarlos y analizarlos. Sin embargo, muchos carecen del tiempo, el personal o el presupuesto para monitorearlos, analizarlos y usarlos. Los datos son la clave para permitirles tomar decisiones más efectivas, comprender mejor las necesidades de sus clientes y realizar un seguimiento de sus hábitos/comportamientos de compra a lo largo del tiempo.

La nube, con planes de suscripción adaptados a cualquier perfil de negocio, constituye una infraestructura TI ventajosa en varios niveles. Además de facilitar la recopilación y el análisis de datos, también simplifica las tareas de TI, el mantenimiento de la red y la seguridad. La nube facilita que los minoristas administren su negocio con una vista panorámica, que incluye seguimiento del flujo de trabajo de la tienda, vistas de inventario en tiempo real y cumplimiento de pedidos. Una tecnología que, a largo plazo, favorece el ahorro.

La experiencia personalizada: una herramienta para recuperar clientes

Volviendo a la minería de datos, para aprovechar de manera efectiva los datos en tránsito en una infraestructura en la nube, las herramientas de inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático (ML) son clave para crear experiencias personalizadas y desarrollar modelos predictivos de comportamiento de compra/compra y, en última instancia, adaptar su oferta a sus necesidades. clientes. Análisis predictivos que también respaldan la eficiencia comercial: automatización de procesos diarios, optimización de inventario, gestión de precios y dirección del desarrollo de nuevos productos.

¡Para seguir siendo competitivos, los minoristas deben innovar! La crisis del COVID les ha obligado a reinventarse para seguir siendo atractivos y competitivos. Uno de los diferenciadores clave hoy en día involucra la tecnología que se ofrece a los consumidores, así como su explotación para mejorar el rendimiento. En el tenso entorno económico actual, los minoristas se ven obligados a ser ágiles y reaccionar ante los cambios en el comportamiento de sus clientes. Depende de ellos confiar en particular en la tecnología para desarrollar su poder de atracción y lealtad, incluso si el consumidor sigue siendo el dueño del juego.



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