El proyecto Jeans Redesign está en constante crecimiento y ya cuenta con un total de 100 participantes de todo el mundo, incluidas grandes empresas como H&M, Chloé y Tommy Hilfiger. Ha ayudado a producir más de medio millón de jeans de origen sostenible y continúa con su misión de impulsar a la industria hacia una mentalidad circular en la fabricación de denim.
Lanzado en 2019 por la Fundación Ellen Macarthur (EMF), el programa consta de pautas y requisitos que la industria debe seguir al producir denim producido de manera sostenible y ética. Las marcas que se suman a la iniciativa se comprometen a fabricar productos de acuerdo con estos lineamientos, y muchas ya han lanzado colecciones de denim como parte del proyecto.
En declaraciones a FashionUnited sobre los orígenes del proyecto, Juliet Lennon, la líder de la iniciativa, dice: “Tomamos el icónico producto jeans como punto de partida para todo este viaje. Empezamos a demostrar que hoy es posible diseñar y fabricar una prenda para la economía circular”.
Lennon, que ha estado con EMF durante tres años y se unió al proyecto en 2021, dijo que esta economía circular estaba en el centro del inicio original del proyecto y también en el centro de muchas solicitudes de empresas que no sabían por dónde empezar.
“El sistema de la moda actual está roto”, dice ella. “Usamos recursos para crear productos que solo se usan por un tiempo muy corto y finalmente se desechan. En los últimos años, muchas empresas de la industria de la moda han comenzado a tomar medidas para reducir sus emisiones. Sin embargo, si vamos a crear un sistema reevaluado, necesitamos repensar fundamentalmente la forma en que se diseñan y fabrican los productos. Para eso necesitamos una economía circular”.
Con base en este principio, las pautas tienen como objetivo garantizar que los jeans resistan la prueba del tiempo, se reciclen fácilmente y tengan un menor impacto en el medio ambiente y en quienes los fabrican. Desde su inicio, el proyecto ya ha logrado una serie de hitos inesperados y previstos y ha realizado una serie de ajustes a la industria en constante cambio, mientras que EMF continúa mirando hacia un futuro más sostenible para la mezclilla.
Los inicios del proyecto
“Rediseñar los jeans fue el punto de partida en el viaje hacia una economía circular para la moda”, dice Lennon, quien también señala el exceso de recursos utilizados para crear la prenda. “Los jeans están en el corazón de innumerables colecciones de moda, pero no son una excepción al concepto de desperdicio de la industria”.
Primero, 80 expertos de la industria se reunieron para crear las pautas y acordar los requisitos necesarios para alinearse con los principios de la economía circular. “Queríamos ayudar a las organizaciones a ir más allá de las discusiones teóricas sobre lo que se necesita para crear una economía circular: queríamos probar los principios, llevarlos al mercado y descubrir cuáles son las soluciones y cuáles son las barreras”, agrega Lennon.
Hablando de las primeras etapas del proyecto, dice: “Fue una discusión realmente difícil. En el pasado, las organizaciones podían haber emitido una colección con una o dos características, pero queríamos crear pautas con definiciones comunes que significaran que estas prendas tenían que ser duraderas, trazables, recicladas y fabricadas con materiales y procesos seguros al mismo tiempo”.
En febrero de 2019, la fundación acordó un estándar mínimo que se convirtió en la primera versión de las pautas para el rediseño de la mezclilla, requisitos que algunas organizaciones han logrado superar desde entonces. Un año después, el proyecto creció a más de 70 socios y comenzó a establecer nuevos estándares.
“Lo que es único acerca de este proyecto es que las fábricas de telas, los fabricantes, las marcas y los minoristas se han comprometido a tomar esta acción y fabricar productos según estas pautas”, explica Lennon. “A lo largo de la cadena de valor, colaboraron con otros de manera precompetitiva, tanto dentro como fuera del proyecto”.
De H&M a Tommy Hilfiger, socios de marca y sus experiencias
Wrangler se encuentra entre las marcas que más recientemente implementaron las pautas del rediseño de jeans en una colección al lanzar una línea de mezclilla hecha de algodón 100 por ciento orgánico. Como otras, la marca americana ha presentado nuevas versiones de algunos modelos clásicos que o bien son difíciles de reciclar o bien utilizan procesos nocivos para el medio ambiente en su fabricación.
Si bien muchas marcas lanzan regularmente colecciones que siguen las pautas del programa, cada una ha contribuido a la causa a su manera, lo que ha llevado a diferentes resultados.
“Hay dos capas en los hitos: las soluciones técnicas, que anticipamos, y la colaboración más cruzada de la cadena de valor, que fue un poco inesperada”, explica Lennon. “Ya hemos visto que algunas empresas aplican los Principios no solo a los jeans sino también a otros productos como chinos, camisetas, chaquetas y algunos accesorios. Este es un impacto que no anticipamos, pero del cual nos sentimos muy complacidos”.
Lennon destaca la colaboración con H&M, uno de los minoristas que ha llevado la asociación más allá con su propia política de productos circulares para jeans, lo que permite que sus fabricantes no relacionados con el proyecto también aprovechen los requisitos. Además, el minorista ha comenzado a capacitar a sus empleados en estas nuevas habilidades, dijo Lennon, y a difundir el conocimiento en toda la organización.
“Hemos visto esta colaboración en toda la cadena de valor, que es fundamental, y las empresas están aprovechando su conocimiento y capacidad internos en torno a los principios de diseño circular”, dice Lennon. “También hablan de romper los típicos silos organizacionales, ya que sus equipos deben pensar en diferentes procesos de una manera muy diferente para que sus jeans se alineen con los requisitos”.
Desafíos y desarrollos desde el inicio
Muchas marcas ya se han comprometido con el proyecto y ya lo han incluido en varias colecciones de denim. Cuando se publicaron originalmente las pautas, algunos habían expresado preocupaciones o dificultades con algunos de los requisitos que sentían que no podían cumplir.
“Los remaches son un buen ejemplo de esto”, dice Lennon. “Por lo general, los remaches se usan por motivos de resistencia, rendimiento o diseño, pero dificultan el proceso de reciclaje. Al principio hubo mucha resistencia cuando propusimos abolirlos. La resistencia fue tan grande que lo convertimos en un requisito opcional”.
“Dos años después, el 65 por ciento de las marcas han quitado los remaches de sus productos, aunque era opcional. Algunos los han eliminado por completo, otros los han reemplazado”, informa Lennon.
Algunos criterios fueron más difíciles de cumplir que otros, como el uso de fibras celulósicas, el abastecimiento regenerativo o la búsqueda de una solución sostenible para las cremalleras. Sin embargo, muchos elementos que inicialmente los participantes encontraron difíciles ahora son ampliamente aceptados, como el uso de algodón orgánico, que inicialmente se consideró uno de los principales desafíos y ahora es utilizado por el 90 por ciento de los participantes.
“Mirando hacia los próximos dos años, tenemos una lista clara de soluciones que ya existen, que ya se pueden adoptar y dónde están las limitaciones que debemos superar”, dice Lennon. “Necesitamos trabajar juntos para expandirlos y seguir innovando. Esto es exactamente lo que estamos haciendo con el grupo actual de participantes”.
Para llegar a este punto, la fundación pasó por un proceso de prueba y error, inicialmente sin hacer cambios en la política, para evaluar el proceso de fabricación e identificar soluciones o brechas que no se identificaron inicialmente. Luego, en julio de 2021, el OGE publicó su primer informe Insight, que establece todos estos hallazgos y los claros llamados a la acción que trajeron.
Después de que se publicó el informe, Lennon dijo que el proyecto vio una afluencia de partes interesadas y aumentó su capacidad a 100 participantes, que estarán sujetos a pautas actualizadas que se revisarán en función de los avances tecnológicos y desarrollos en la industria. Lennon agrega: “Hemos establecido nuevos requisitos mínimos basados en las lecciones aprendidas, que aún esperamos que los participantes superen, tal como lo hicieron en los primeros dos años”.
Uno de los elementos introducidos fue un porcentaje mínimo obligatorio de contenido reciclado para cada prenda, que todavía era opcional en los primeros años del proyecto. Esta decisión fue parte del objetivo de la fundación de expandir el uso de contenido reciclado y enviar una fuerte señal de demanda a la industria. Los modelos de negocio de economía circular también se incluyeron en la agenda después de que algunos de los participantes los probaran como parte del proyecto. Como requisito opcional, Jeans Redesign ahora también puede recopilar datos sobre estos modelos y ver qué podría resultar de ellos.
Qué esperar del proyecto
“En última instancia, el apetito de la industria por la colaboración en estas soluciones de diseño e innovación es mucho mayor de lo que podríamos haber anticipado”, dijo Lennon.
Esta área se ha convertido en un foco del proyecto, que busca enfatizar la importancia de la colaboración en la industria. Lennon dice que la EMF está satisfecha con los otros subproductos del proyecto y que se han incluido más productos que no son de mezclilla en las pautas. “Esa era la verdadera intención del proyecto; un punto de partida para ser realmente práctico y demostrar que es posible ir más allá”, añade.
“En el futuro, trabajaremos con nuestros participantes en la colaboración de la cadena de valor y los apoyaremos para superar las innovaciones. También publicaremos el próximo informe de progreso en 2023, donde daremos un vistazo a lo que ha sucedido en esos dos años, qué obstáculos se han encontrado y qué acciones se están tomando para superarlos”, concluye Lennon.
Este artículo apareció originalmente en FashionUnited.uk, traducido y editado por Simone Preuss.