“Mi intención era, también porque sus hijos eran pequeños, que pudieran ir a pescar aquí o tomar una cerveza en secreto con sus amigos”, dice Ivo. “Está cerca de su casa. Esa fue mi idea: si extrañan a papá, pueden sentarse en ese puente, mirar el agua y soñar”.
Cuando Jessica se entera de ese plan, ya es demasiado tarde: el municipio indica que no quiere poner el nombre de Jeroen a dos puentes. El contacto no se siente bien. Si el homenaje en el ‘puente A7’ resulta decepcionante (no todos los pasos subterráneos están señalizados), le queda resaca.
NUEVA HAMPSHIRE escribe en abril sobre la historia de Jessica. Poco después recibe una llamada: le dicen que, después de todo, se van a arreglar algo.
Miércoles 30 de octubre, 16:00 horas
“Es realmente Jeroen, ¿no?”, dice Jessica de manera entrañable. Ella mira el cartel recién revelado sobre su difunto marido. Más de veinte personas se han concentrado en el tramo de carretera entre el puente y la ferretería de Neckerstraat.
En el momento de la renovación, los empleados de Rijkswaterstaat se enteraron de que, debido al coronavirus, nunca se había revelado oficialmente el nuevo nombre del puente, afirma el ingeniero jefe y director de Rijkswaterstaat, Gohdar Massom. Ahora que se ha completado la renovación, se ha desvelado el cartel y en cada paso subterráneo se puede ver que se está caminando, conduciendo o navegando bajo el puente del cabo de marina Jeroen Houweling. Massom: “Me parece un honor develar aquí el cartel junto con los familiares y la Defensa”.
Jessica: “Al principio pensé que no volvería a suceder. Para mí había una mancha en todo ese puente. Ahora es algo hermoso, también gracias a el artista con los murales se ha convertido en un lugar agradable.”
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