Cómo el 3-MMC destruyó la vida de Jolanda: ‘Antes de ir a trabajar, primero preparé dos inyecciones’

Cuando su matrimonio ya no se puede salvar después de 12,5 años, Jolanda Eising (55) y su marido deciden ponerle fin. Una decisión que debería conducir a un nuevo giro en sus vidas. Pero esa salida resulta ser un callejón sin salida para Jolanda. Conoce a un nuevo hombre que saca lo peor de ella. Se vuelve adicta, entre otras cosas, a la droga 3-MMC, y las consecuencias son incalculables. “Me pincharon todo el cuerpo”, dice.

Varios cigarrillos al día o revisar el smartphone cada diez minutos. Estos son sólo algunos ejemplos de adicciones que poco a poco se van apoderando de ti. Jolanda no necesariamente pensaba que ella misma fuera adicta, hasta que después de su matrimonio fallido encontró distracción en los juegos en línea.

“A veces jugaba esos juegos en la computadora por la noche y seguía comprando puntos para poder seguir jugando. Terrible, gasté mucho dinero en eso”, dice, sacudiendo la cabeza.

Hasta completar la medida. “Dejé de hacerlo por mi propia percepción”, reflexiona Jolanda. Llegó a la conclusión de que era más susceptible a la adicción de lo que pensaba. Pero si todo se hubiera detenido allí, probablemente lo habría firmado de inmediato. Debido a un nuevo amor en su vida, de repente el sol volvió a brillar para Jolanda. Al menos eso es lo que parece. Porque a medida que avanza la relación, el sol desaparece y aparecen nubes oscuras.

Se conocieron en 2008 y durante los primeros años todo fue bien. Pero si la pareja busca un poco más de emoción, experimentarán más activamente con el consumo de drogas en 2014. Del éxtasis al gas de la risa y de la ketamina al GHB.

Jolanda logró mantenerse firme durante ese tiempo, a pesar del consumo de drogas. Eso cambia cuando comienza a usar la droga de diseño 3-MMC. “Mi entonces novio había tenido contacto con otras personas y pensó que deberíamos intentarlo también. Le dije que sí y esa fue la elección equivocada. En lugar de renunciar, estuve de acuerdo con sus ideas para salvar nuestra relación. No fue tan bueno. idea.” Resulta que es un eufemismo.

“Fue fantástico mientras funcionó. Después todo volvió a la normalidad”, dice Jolanda. Este consumo de drogas se produce principalmente durante los fines de semana. Primero juntos, luego con otros. Lo que a veces resulta en fiestas sexuales. Durante la semana, el exnovio de Jolanda trabaja como camionero, mientras que ella trabaja de turno en un fabricante de envases en Hoogeveen. “Y así fue durante meses. Y yo lo apoyé plenamente, aunque pudiera verse influenciada”, admite.



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