El duelo es un tema que puede afectar a cualquiera. Además de los acontecimientos especiales de la vida, suelen ser las muertes las que causan una gran tristeza. ¿Quién no ha experimentado lo doloroso que es perder a un ser querido, un familiar cercano o un buen amigo?
Una cultura saludable del duelo puede ayudar enormemente a quienes están en duelo a aceptar sus sentimientos y su dolor.
Uli Munck, consejero de duelo
La comunicación clara con quienes están en duelo es importante
Él mismo perdió a su hijo hace diez años. Durante este momento estresante, es importante una comunicación clara con la persona en duelo sobre la crisis emocional, una simpatía genuina, aprecio y respeto, incluso en un entorno profesional.
No sólo se ve afectada la vida privada, sino también el entorno profesional. Hay dolientes que apenas pueden levantarse de la cama por la mañana y no pueden seguir trabajando como de costumbre. Otros se ponen a trabajar y tratan de suprimir la pérdida y el dolor.
Cada persona en duelo tiene que descubrir por sí misma cómo puede procesar mejor la pérdida y cuánto tiempo le llevará hacerlo. El entorno social juega un papel crucial en el procesamiento del duelo.
No ignores el dolor y la muerte
Munck sabe por experiencia propia que a menudo a los compañeros les resulta difícil acercarse a la persona en duelo. Existe un gran miedo a decir o hacer algo mal. El resultado: los afectados se sienten ignorados en su dolor, evitados por sus colegas o abandonados. «Mi jefe nunca me preguntó cómo estaba. Los compañeros me evitaban. Eso me dolía», dice Munck.
Las empresas y sus empleados a menudo se sienten abrumados cuando el dolor y la muerte eclipsan repentinamente el trabajo cotidiano.
Uli Munck, consejero de duelo
Ha hablado con muchos dolientes sobre sus experiencias. La mayoría de las personas experimentan el duelo como un tema tabú en el trabajo. “No existe una receta patentada para las empresas, pero lo más importante es acercarse a la persona en duelo”, explica el consejero de duelo.
- Aproveche los cursos de formación sobre el tema de las crisis y la muerte.
- Obtenga apoyo externo, por ejemplo de psicoterapeutas o consejeros de duelo capacitados.
- Establecer de forma preventiva un sistema de gestión de emergencias en la empresa para atender a los dolientes.
- Establecer directrices para la gestión interna del duelo en la empresa: ¿quién dará el pésame? ¿Quién busca el contacto con el doliente?
El empleador tiene el deber de diligencia
Cuando los empleados sufren, las empresas deben cumplir con su deber de diligencia. Hay quienes están afligidos y quieren hablar con sus superiores y colegas sobre su pérdida. Otros no quieren que alguien esté constantemente en la puerta de la oficina preguntándoles cómo están.
No ignores el dolor
No preguntar cómo está el empleado o ignorar su tristeza es inapropiado. Las empresas corren el riesgo de perder la lealtad de sus empleados. A largo plazo, es más probable que abandonen la empresa. A algunos de los afectados también les resulta difícil realizar su trabajo diario sin apoyo. Como resultado, están fuera por más tiempo.
Los empleados aprecian que las empresas estén a su lado en una situación de crisis. Esto fortalece la conexión de los empleados a largo plazo. Una cultura saludable del duelo puede garantizar que los empleados afectados sigan siendo capaces de trabajar. Esto significa que las empresas también se benefician desde una perspectiva financiera.
Es importante tener una comunicación clara sobre las necesidades de la persona en duelo con sus colegas y superiores. Además, el desarrollo de soluciones individuales, por ejemplo, oficina en casa en lugar de una oficina abierta, horarios de trabajo más cortos u otras áreas de responsabilidad durante la fase de duelo. Además, el apoyo profesional de un psicoterapeuta, por ejemplo, puede aliviar la carga de la persona en duelo, el equipo y los directivos.
Licencia especial en caso de fallecimiento
Las empresas pueden conceder varios días de licencia especial no remunerada de forma voluntaria. También pueden eliminar temporalmente a los dolientes de los sistemas de evaluación, como evaluaciones de desempeño, bonificaciones y recompensas por la adquisición de clientes.