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Una forma de hacer amigos es sonreírles con calidez. Otra es cortarles las demás vías de contacto. Esa parece ser la lógica que subyace a la persecución del banco alemán Commerzbank por parte de UniCredit.
El banco italiano, dirigido por el banquero especializado en fusiones y adquisiciones que se convirtió en director del banco Andrea Orcel, ha dicho que no lanzará una oferta hostil por Commerzbank. Pero al aumentar su participación a alrededor del 21 por ciento (el 9 por ciento en manos directas y el resto a través de derivados), probablemente haya derrotado a cualquier postor competidor y le haya hecho mucho más difícil al banco alemán defenderse de su demanda.
La lista de posibles caballeros blancos siempre ha parecido escasa. El competidor local Deutsche Bank tiene sus propios problemas que resolver. Y si bien una solución interna podría ser políticamente preferible, no está claro que los sindicatos alemanes (entre los oponentes más estridentes de UniCredit) estén de acuerdo, dadas las fuertes pérdidas de empleos que probablemente implicaría. Mientras tanto, es poco probable que a otros grandes grupos europeos les agrade la perspectiva de una lucha compleja con UniCredit como accionista minoritario que prácticamente bloquea su participación.
La defensa de Commerzbank, además de esconderse detrás de políticos escépticos, depende de una historia convincente. Podría, por ejemplo, presentarse como un consolidador de prestamistas alemanes más pequeños, como OLB, propiedad de Apollo, o Hamburg Commercial Bank, propiedad de Cerberus. No está claro qué papel tendrían sus accionistas en esto, dada la larga historia de bajo rendimiento del grupo. No logró cubrir su costo de capital durante al menos la década hasta 2023.
Además, para preparar una defensa enérgica, Commerzbank tendría que presentar un equipo directivo de primera categoría. En este momento, el equipo está prácticamente acéfalo, ya que el consejero delegado, Manfred Knof, ya ha anunciado que no se presentará a la reelección cuando su mandato expire el año próximo. Es posible que Commerzbank se esté quedando sin tiempo para llevar a cabo un proceso de selección serio y, con UniCredit aparcado en el césped de la calle, no está en la mejor posición para atraer a la flor y nata del sector bancario.
Los opositores a un acuerdo contarán con la intervención de los reguladores o de los políticos. Pero, aunque el Banco Central Europeo todavía no ha aprobado la solicitud de UniCredit para adquirir hasta el 29,9% de Commerzbank, no está claro por qué motivos podría rechazarla. A los políticos alemanes claramente les desagrada la idea de una adquisición, pero bloquear una oferta de alto precio por motivos puramente ideológicos podría ser complicado.
UniCredit tampoco necesita comprar Commerzbank directamente para ganar dinero. Puede ganar como accionista significativo, mientras explora otras opciones para combinar partes de los negocios. Su último movimiento hace que su apuesta por una alianza “amistosa” de algún tipo parezca sólida, sobre todo porque ha despachado agresivamente la mayoría de las alternativas.