comentarios DVHN | Neelie Kroes no es la única a la que la Comisión Europea pide cuentas por asunto Uber

Un colectivo internacional de periodistas pinta una imagen conmovedora de la compañía estadounidense de taxis, Neelie Kroes y las autoridades fiscales holandesas a partir de 124.000 documentos internos de Uber.

Neelie Kroes ha sido llamada a rendir cuentas por Bruselas. La ex comisaria europea (2004-2014) y destacada VVD tiene que responder por su cabildeo a favor de la empresa de taxis Uber. Es un paso sensato, pero esperemos que no sea el único que está dando la Comisión Europea.

Volvamos al segundo período de Kroes como comisario europeo. Fue responsable de la agenda digital de Europa. Gracias a ella, pronto podremos llamar y navegar por internet con nuestro móvil en toda Europa por la misma tarifa. Kroes tuvo que librar muchas batallas con poderosas multinacionales en Bruselas para luchar contra estas y otras innovaciones favorables al consumidor.

Y luego, una compañía de taxis de este tipo, donde puede organizar un viaje con una aplicación moderna en su teléfono por no demasiado dinero con el taxi más cercano en ese momento, es un socio bienvenido para forjar nuevas alianzas y derrocar a los viejos juntos. El comisario europeo y Uber se hicieron amigos. Eso estaba claro para todos.

Pero cuando Kroes renunció como comisaria europea en 2014, no se le permitió trabajar para Uber durante dieciocho meses. Este período de reflexión se establece para evitar un conflicto de intereses. Documentos revelados por un colectivo internacional de periodistas muestran que Kroes comenzó sus actividades para los estadounidenses casi de inmediato. Y siguió haciéndolo después de ser reprendido por la Comisión Europea.

Kroes desplegó ministros, altos funcionarios, el alcalde de Ámsterdam y el primer ministro Mark Rutte para pulir el nombre de Uber. Y eso resultó ser muy necesario, según los mismos documentos, porque los estadounidenses no temían ni a Dios ni a los mandos para trabajar en el mercado de taxis y así se construyeron un mal nombre. Una mano perseguía a los conductores mal pagados y violaba las leyes laborales y de taxis, mientras que la otra entregaba decenas de millones para cabildear.

Y así, los altos funcionarios de las autoridades fiscales holandesas permitirían que se los usara para el carro de Uber. Entonces, además del papel de Kroes, la investigación también tendrá que centrarse en eso. Y por supuesto en el propio Uber. Porque hay bastante que discutir con las actuales prácticas de cabildeo.



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