El columnista Jan Segers expone la paradoja del canon flamenco. “Los candidatos deben estar muertos. Eso crea situaciones cínicas. Si Wielemie y Yasmine no hubieran muerto prematuramente, ahora no estarían en el Canon. Una leyenda viva como Eddy Merckx, por otro lado, necesita un ataque al corazón si quiere reclamar el lugar que le corresponde en la próxima edición”.
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