COLUMNA. Es imposible hacer mala televisión con Stefaan Degand. Dale a este maestro un MIA para música clásica.

¿Aimez-vous Brahms? es el título de una novela de Françoise Sagan de 1959. Es la pregunta con la que Simon, de 25 años, llama la atención de Paule, de 39. Su romance será apasionado. Stefaan Degand también ama apasionadamente a Brahms, especialmente su cuarta sinfonía. El actor Degand dirigirá mañana por la noche frente a la Orquesta Nacional de Bélgica y de espaldas a un Bozar lleno. Es desde esa espalda, ancha y curva, que la cámara lo sigue en su curso intensivo para convertirse en conductor. Stefaan Degand tiene habilidades motoras privadas. Su paso es inestable, como si estuviera caminando profundamente en el barro incluso sobre un suelo de tablas. Degand también tiene una expresión facial privada. Sus cejas son fundamentalmente rebeldes. Su mirada es amenazadora, como si la inundación pudiera desatarse en cualquier momento. Nada en él es banal, nada intercambiable. Esas pocas escenas con su amante y su hija ponen más piel de gallina que los desaparecidos en combate recopilados. Es imposible hacer mala televisión con Stefaan Degand. Dale a este maestro un MIA de música clásica.



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