Circus Treurdier deja que el lado cómico negro domine en el espectáculo familiar Como gustéis


Como gustéis de De dramamakerij y Circus Treurdier.Imagen Sanne Peper

La comedia de los 400 años de Shakespeare A su gusto está lleno de dolientes. En mayor o menor medida, todos los personajes son perdedores empedernidos. A menudo están más cerca de llorar que de reír, pero por lo general eligen reír de todos modos.

Los editores Ellen Parren, Peter van Rooijen y Jan-Paul Buijs (juntos con Circus Treurdier) lo han visto bien. Normalmente, esta vertiente oscuramente cómica sale perdiendo en las actuaciones y el humor cursi: priman las confusiones y los juegos de palabras. Pero en esta adaptación familiar de Circus Treurdier y el grupo de teatro juvenil De Toneelmakerij, el perdedor que todos llevamos dentro tiene rienda suelta.

La historia se reduce inteligentemente a una trama infantilmente simple. La hija de Duke, Rosalinde (Parren), y el recogedor de caca sin educación, Orlando (Wart Kamps), están enamorados. Eso va contra las reglas y el buen orden. Frustrados, huyen por separado al bosque. Allí se disfrazan y fingen ser diferentes de quienes creen que son. Luego viene toda la tonta identidad equivocada, pero finalmente también el descubrimiento de que estos nuevos roles en realidad les quedan mejor que los anteriores.

Parren, en particular, deja que la tragicomedia salga bien. Su Rosalinde es una adolescente inteligente y brusca con muchas emociones contenidas, que enmascara con un humor estoico. El Orlando van Kamps es más un payaso superficial. La química entre estas dos figuras deja mucho que desear, por lo que el desenlace en el que finalmente se encuentran no se toca realmente.

Donde el matrimonio treurdieriano entre el humor y el dolor funciona de manera óptima es en la trama secundaria con el bufón de la corte Toetssteen (Peter van Rooijen) y el poeta melancólico Jacques (Rop Verheijen). Estos dos hombres también se encuentran en el bosque, pero no se trata de disfrazarse. Llevan su decepción en la vida como un abrigo que les queda bien. La diferencia: el bufón expresa su cinismo con juegos de palabras secos y el poeta mediante lamentos. Es conmovedora la forma en que estas dos almas maltratadas crecen lentamente la una hacia la otra y demuestran ser la medicina de la otra.

Sobre todo, el director Paul Knieriem quería que fuera una comedia familiar. A pesar de los bordes oscuros, todavía hay muchos chistes y un final feliz. Además, hay muchas modernizaciones, para que todos siempre entiendan de qué se trata. Y luego está la música de Wessel Schrik, que siempre está en el escenario con un instrumento diferente en varios papeles secundarios exuberantes. Tropezando, perdido y desconcertado (apedreado), aquí juega el papel real y disruptivo de un bufón.

A su gusto

Teatro

★★★ renvers

De William Shakespeare, de Circus Treurdier y De Toneelmakerij, dirigida por Paul Knieriem, con Ellen Parren, Wart Kamps, Peter van Rooijen y Rop Verheijen, entre otros.

16-10, Teatro Internacional de Ámsterdam. Tour hasta el 8/1 inclusive.



ttn-es-21