Cinema Troisi supera la recaudación previa a la pandemia


LOSn un paisaje cinematográfico hundido por la Covid, con salas cerradas y espectadores en declive, destaca una realidad en contraste: el cine Troisi gestionado en Roma por la asociación Piccolo America, una sola pantalla en Trastevere a tiro de piedra del histórico Nuovo Sacher de Nanni Moretti. Concedido a precio subvencionado por Roma Capitale mediante concurso público e inaugurado el 21 de septiembre de 2021, en el primer semestre de actividad recaudó 229 mil €. “Desde que salimos somos la única sala de Italia que más espectadores y entradas ha registrado”, dice Valerio Carocci, de 30 años, presidente de la asociación Piccolo America.

En seis meses 35 mil espectadores

“En solo seis meses, el cine Troisi ha superado con creces la facturación media de las pantallas individuales en Italia en 2019, que fue de 82 mil euros”, añade Federico Croce, director general de Piccolo America. Y se ha acercado a la media anual de los Multiplexes con más de siete pantallas (258 mil euros en 2019). Entre septiembre de 2021 y febrero de 2022 los espectadores fueron 34.896 (con aforo reducido al 50% en el primer mes de apertura). Para comprender el alcance de los datos, basta con considerar que el Nuovo Sacher, ganador del boleto de oro en 2019 en la categoría de pantalla única, registró poco más de 20 mil espectadores en el período septiembre 2019-febrero 2020 (datos de Cinetel).

Facturación de 1,3 millones

Así ha pasado esta asociación nacida en 2014 tras la ocupación de Cinema América en Trastevere para bloquear un proyecto de conversión en aparcamientos y apartamentos (el destino de la sala, desocupado en 2014, aún está pendiente de una sentencia del Consejo de Estado) de una facturación de 92 mil euros en 2015 a casi 1,3 millones en 2021, con al menos 130 mil euros de beneficio (previsión). Una pequeña realidad empresarial ahora, con 40 empleados, todos menores de 30 años. Y con patrocinadores como Bnl Bnp Paribas («patrocinador principal») que concedió la línea de crédito de 700 mil euros para completar las reformas, e Iberdrola.

Un nuevo modelo de cine.

Detrás del éxito hay un nuevo modelo de cine. «Los cines ya estaban en crisis antes de la pandemia -explica Carocci-. El Covid ha dado el golpe de gracia a un modelo de gestión basado en la mera proyección de películas. Nos hemos propuesto transformar el cine en un lugar de encuentro vinculado al territorio, una casa que funcione como un operador cultural vivo». Es por eso que junto al auditorio de 300 asientos donde se muestran cuatro películas diferentes al día (tanto «mainstream» como «arthouse») solo en el idioma original, hay una sala de estudio Tim con 45 estaciones de trabajo internas y 32 externas, abierta 365 días al año, atendido por un promedio de 200 personas por día; y un bar en el vestíbulo con productos de las tiendas de alimentación de Trastevere.

Destino de cine de América

«Nos acusaron de gente desacostumbrada a pagar cine en pantalla grande» con arenas de verano. Pero siete años de visionado gratuito al aire libre «han creado un público fiel y pagador», prosigue Carocci, que relanza: «El cine Troisi para nosotros no es un lugar de aterrizaje sino un trampolín». El objetivo es gestionar el cine América (la pantalla única más grande, con 700 butacas), de donde partió todo. Y la recaudación actual es un incentivo para creerlo. “Esperamos -concluye- la sentencia del Consejo de Estado para abrir un diálogo con los propietarios para que esa sala vuelva a la actividad”.



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