tuOtro rumor sale en Rusia. Y, tras el segundo aviso recibido por la agencia federal de telecomunicaciones del Kremlin por violaciones a la nueva ley de prensa, Novaya Gazeta deja de imprimir y suspende publicaciones.
Novaya Gazeta, la censura no perdona
La mordaza de Moscú también afecta al diario de los dos premio Nobel de la PazMikhail Gorbachev, quien lo había co-fundado en el ’93 e Dmitri Muratov quien la dirige desde el ’95. La revista, en la que también escribió Anna Politkóvskaya antes de ser asesinada decidió suspender las publicaciones en la Red y en papel “hasta el final de la operación especial en el territorio de Ucrania”.
“No hay otra manera”, escribió el editor Muratov a los lectores. “Para nosotros, y lo sé por ustedes, esta es una decisión terrible y dolorosa. Pero debemos protegernos entre todos». El tercer aviso hubiera costado la revocación definitiva de la licencia.
La ley de que la guerra no es guerra
La agencia Roskomnadzor ya había advertido dos veces a Novaya Gazeta por usar el término “invasión”. La ley que permite esto es la que aprobó rápidamente Putin para tener más control sobre la impresión. Y eso proporciona 15 años de prisión para cualquiera que pronuncie la palabra “guerra”, “ofensiva” o “invasión”, en lugar de “operación militar especial”.
Después del primer aviso, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que había enviado una advertencia a Rusia pidiéndole que no procediera más contra el periódico. No fue así y la redacción decidió parar.
Novaya Gazeta y las investigaciones que nunca gustaron a Putin
El periódico ruso, con sus valientes investigaciones sobre la corrupción y en el violación de los derechos humanos, particularmente en Chechenia, siempre ha molestado a Putin. Pero tras la llegada de la nueva hacha de la censura con el inicio de la ofensiva en Ucrania, muchos periódicos han dejado de programar o han sido bloqueados por el Roskomnadzor. Desde Dozhd TV a Radio Ekho Moskvy (Eco de Moscú) a docenas de sitios web.
Novaya Gazeta duró 34 días máshaciendo lo imposible para poder seguir dando la noticia, sin incurrir en sanción. se había quitado del sitio todo el contenido relacionado con la guerra, había cubierto el contenido del cartel de la periodista Marina Ovsyannikova que irrumpió en el noticiero vespertino. En breve, para quedarse, la redacción hizo compromisos que nunca se consideraron ni siquiera imaginables.
Pero no ayudó mucho. El 22 de marzo, la primera llamada de Roskomnadzor, ayer la segunda. Y así, ya no quedan medios independientes en Rusia.
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