Según las autoridades, las víctimas no fueron encontradas en un solo lugar, sino durante más de 200 inspecciones en 22 estados y en la capital Brasilia. Entre otras cosas, fueron liberados 26 menores y 74 personas que también son víctimas de tráfico de personas. En el estado de Minas Gerais, una inspección de una explotación agrícola donde se cultiva ajo encontró nada menos que 97 víctimas.
«No había suficientes baños en el lugar donde se realizaba el trabajo, no había lugar para calentar la comida ni sillas para sentarse», dijeron las autoridades en un comunicado. «Los trabajadores no tenían permisos de trabajo formales y no se les proporcionó ningún equipo para protegerse».
Según el gobierno brasileño, los grupos más pobres y vulnerables son el objetivo de estos modernos esclavistas. La esclavitud en Brasil no sólo se define como trabajo forzoso. También se incluye en este epígrafe la detención de personas por deudas y malas condiciones laborales.