Christoph Daum (†70): Este sigue siendo su mayor éxito | Un obituario

Christoph Daum fue controvertido, exitoso y una de las mayores historias de “¿Qué pasaría si…” en la historia del fútbol alemán? Pero, sobre todo, fue una cosa: mucho más que el gran error que definió su carrera. Un obituario.

Una de las palabras favoritas de Christoph Daum en las conversaciones era: resiliencia. The Duden traduce este término como “resiliencia psicológica; capacidad para superar situaciones difíciles de la vida sin un deterioro duradero”.

De hecho, una de las personalidades más influyentes en la historia de la Bundesliga fue una personalidad controvertida y al mismo tiempo un oyente en constante aprendizaje. Un hombre obsesivo y hambriento de éxito que nunca se detenía en lo conseguido, sino que siempre estaba abierto a las innovaciones. Con lo que se podrían discutir las ventajas y desventajas del contrapresión y el control del entrenamiento basado en datos, así como la prosa de Max Frisch.

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Pero estaba particularmente fascinado por el arte de la resiliencia, probablemente también porque sin él su vida en la forma en que se le permitió vivir no habría sido posible: nació en Zwickau, fue criado por sus abuelos, perdió a su padre a una edad temprana. edad, se mudó con su madre Se mudó a Duisburg, creció en las calles de los asentamientos de trabajadores del carbón y del acero, soñó con una carrera futbolística, vio estallar el sueño.

Daum utilizó este revés como motivación. Estudió en la Universidad de Deportes de Colonia, pasó por el FC amateur hasta llegar a ser entrenador asistente del equipo profesional y llamó tanto la atención con su trabajo allí que en septiembre de 1986, con sólo 32 años, recibió el título de Asumió el cargo de entrenador en jefe de su club favorito de Geißbockheim.

Después de abandonar Colonia, su patria adoptiva, llevó al entonces escaso dinero VfB Stuttgart al sensacional campeonato en 1992, luego consiguió los tres títulos nacionales en Turquía con el Besiktas de Estambul y más tarde convirtió al Werkself del Bayer Leverkusen en un equipo de primer nivel. “El fútbol fue mi primera familia, mi vida”, resumió Daum años después su ética de trabajo; de otro modo, estos éxitos difícilmente habrían sido posibles.

Alrededor de los 40 años, alrededor del cambio de milenio, Daum se encontraba en el cenit de su trabajo. Como próximo seleccionador nacional, él, el exitoso entrenador del Leverkusen, debía conducir a la entonces atribulada selección nacional alemana desde una de sus fases deportivas más oscuras hasta la era moderna y hacia un nuevo esplendor.

Luego vino otro revés, autoinfligido: el escándalo de la cocaína en octubre de 2000, provocado por sugerencias del entonces entrenador del Bayern Uli Hoeneß, que habló del “solifón Daum” en una entrevista. Se suponía que una muestra de cabello exculparía a Daum, pero al contrario, confirmó las acusaciones. Una vez más un sueño se hizo añicos, la carrera del hasta entonces ocupado creador dio un giro significativo y su imagen quedó dañada.

Sabía que esta historia se quedaría con él para siempre. Que tendría que explicar su consumo de cocaína décadas después. Fue la forma en que afrontó la reducción de sí mismo a este asunto lo que ilustró la grandeza humana de Christoph Daum.

“Mi vida no está escrita a lápiz, no puedo borrar lo que no me conviene, está escrita en piedra”, dijo en una entrevista a t-online en 2020. “Este asunto siempre será parte de mi vida. La herida que me causé ha sanado, pero la cicatriz permanece”.

A la larga lo encontró demasiado estresante.

Calcularía “que el 80 por ciento de las personas que conocía me dieron la espalda”, continúa reflexionando Daum, destacando la importancia de su familia en estas semanas y meses difíciles para él: “Estaba de espaldas a la pared, y eso La pared era mi familia.”

No fue hasta marzo de 2001 que se atrevió a dar el paso de nuevo al fútbol, ​​y sólo en su segundo mandato fue al Besiktas, luego al Austria Viena y de nuevo a Estambul y al Fenerbahce. Y lo hizo con bastante éxito: llevó a Austria a un doblete en Austria y al Fener a dos títulos de campeonato en Turquía. Pero sus prioridades ya habían cambiado: en 2012, pocos meses después, dejó el puesto de entrenador en el FC Brugge, a unos 300 kilómetros de distancia de su esposa Angélica, que vive en Colonia y con quien mantiene una relación desde entonces. 2000 y se casó en 2007 y, a la larga, le resultó demasiado estresante para su familia. Anteriormente había llevado al Brujas al segundo puesto.



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