Luego la inscripción para El gran horneado británico Pasó hace un año y pensó: lo intentaré. “Tuve que rellenar un cuestionario muy largo”, recuerda. Christiaan esperaba poco de ello. “Pero una semana después sonó mi teléfono. Y ahora estamos aquí”.
Christiaan no necesariamente tenía expectativas sobre el programa, pero sí quería sobrevivir a los primeros tres episodios. “Pero es realmente emocionante”, explica. “En casa tienes tiempo para preparar las cosas. No es que entres en la tienda y sólo entonces veas la receta. Pero hay diez camarógrafos caminando a tu alrededor, al igual que los presentadores y los miembros del jurado. Estás constantemente en un estado de pánico”, bromea. “Solo vi el episodio cuando lo transmitieron por televisión. Había cosas en él que me hicieron pensar: ¿realmente dije y hice esto? Después de la señal ‘Y hornear’ te olvidas de todo.”
No está decepcionado por no haber ganado la final. “Cuando escuché que podía pasar a la final y que además era el maestro panadero de ese episodio, ya tenía mi confirmación. La final ya fue la guinda del pastel. Estoy orgulloso de mí mismo”.
Christiaan, que se mudó a Londres hace unos ocho años, es diseñadora de moda en la vida cotidiana. Ha trabajado como autónomo durante algún tiempo, lo que significa que ahora es su propio jefe y puede gestionar su tiempo él mismo. ¿Quizás también esté en el horizonte una carrera panadera? “Están surgiendo grandes oportunidades”, admite. “Quiero saber qué más puedo hacer con esto”.
Christiaan, por ejemplo, ya fantasea con un libro de repostería especial. “Un libro en el que podría descubrir más sabores holandeses”, afirma. “Pero tal vez también pueda combinarlo con mi experiencia en moda. Por ejemplo, en términos del diseño de una tarta. También me encantaría poder hacer algo en televisión. Dispara a las estrellasSiempre digo.”