Según los informes, se envió una directiva a la administración y las empresas estatales de China después del feriado del Día del Trabajo del 30 de abril al 4 de mayo para prohibir las computadoras fabricadas en el extranjero dentro de 2 años, según Bloomberg. Esta no es la primera vez que un pedido de este tipo pasa por China, sin éxito hasta el momento.
Lo que Beijing quiere, China no puede lograr
Es posible que sea necesario reemplazar 50 millones de máquinas para 2025 si se lleva a cabo esta directiva. Los sistemas operativos, principalmente Windows, también se ven afectados. Esta decisión debería luego extenderse a las administraciones provinciales. Solo unas pocas agencias, como las dedicadas a la ciberseguridad, tendrán permisos especiales para adquirir hardware estadounidense o de otro tipo.
Silicon Valley: se acabó la fiesta
Esta revelación de Bloombergbasado en fuentes locales, fue recibido con cierto escepticismo. El registro recuerda que el Tiempos financieros había publicado un artículo similar en 2019. Scott Kennedy, asesor sobre economía china en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales cree que “ Esta es al menos la cuarta o quinta vez que Beijing “ordena” el reemplazo de computadoras de escritorio extranjeras, solo para dar marcha atrás. “.
Esta es al menos la cuarta o quinta vez que Beijing ha “ordenado” el reemplazo de equipos de oficinas en el extranjero, solo para luego retroceder. No estoy seguro de por qué esta vez será diferente. Incluso si intercambian marcas nacionales, todavía habrá mucha tecnología estadounidense y occidental en el interior. https://t.co/haHpcWAxlM
—Scott Kennedy (@KennedyCSIS) 6 de mayo de 2022
Beijing ha estado tratando durante mucho tiempo de emanciparse de las tecnologías informáticas estadounidenses. En 1999, un proyecto de sistema operativo, Red Flag Linux, intentó sin éxito reemplazar a Windows.
Los productos americanos están limitados en las listas de compra destinadas a las administraciones. Empresas como HP o Microsoft han creado empresas conjuntas con socios locales, apoyadas por el Estado, para acceder a los mercados públicos chinos.
La creciente rivalidad entre el Reino Medio y los Estados Unidos hizo que el objetivo de la independencia tecnológica fuera particularmente urgente. A fines de 2018, el caso de Huawei, provocado por el arresto de la directora financiera e hija del fundador de la empresa, Meng Wanzhou, expuso las vulnerabilidades de China.
Impulsando las tensiones con Estados Unidos
El Estados Unidos de Donald Trump, como el de Joe Biden, no oculta que busca frenar el desarrollo tecnológico de China cerrando el acceso del país a las tecnologías estadounidenses más avanzadas.
Beijing ha hecho un progreso tremendo. Bloomberg informa la existencia de una organización china secreta responsable de controlar y aprobar varios proveedores locales de tecnologías sensibles.
En el terreno de los smartphones o servidores, los gigantes Huawei o Inspur consiguen plantar cara a los gigantes americanos. Este también es el caso de las computadoras personales con Lenovo, que ya es la marca más popular en China por delante de HP y Dell. Esta sería la empresa que más se beneficiaría de la aplicación de la directiva de Pekín. Sin embargo, China conserva sus debilidades. Los semiconductores, a pesar de sus esfuerzos, siguen siendo el sector donde el país se ve obligado a importar masivamente.
Lenovo ha establecido su propia fábrica de chips e invertido en 15 empresas de diseño, pero sigue dependiendo en gran medida de los microprocesadores de Intel o AMD para sus dispositivos. Por el lado del software, los sistemas operativos chinos están luchando por establecerse, aunque hay empresas prometedoras como Kingsoft y Standard Software.
Se analizará la capacidad de China para implementar la prohibición de computadoras extranjeras en sus administraciones. Permitirá medir la autosuficiencia tecnológica del país, principalmente en relación a su rival geopolítico, Estados Unidos.