China ha sido puesta en alerta máxima a medida que aumentan los casos de Covid-19 solo unos días antes de que el presidente Xi Jinping comience su tercer mandato como líder del Partido Comunista.
El domingo, China reportó más de 1.700 casos durante las 24 horas anteriores, más del triple de la cifra de la semana anterior. El crecimiento de las infecciones sigue a un feriado nacional de una semana cuando los viajeros regresaron de los lugares turísticos con brotes de covid.
“Durante el feriado de la Semana Dorada del Día Nacional, la situación general de Covid en China evidentemente se deterioró”, escribió Ting Lu, economista jefe de China de Nomura, en una nota.
El crecimiento de los casos está siendo impulsado por BF. 7, un derivado de la subvariante BA.5 de Omicron. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. advirtieron que BF. 7 «parece ser más infecciosa» que las cepas anteriores de Omicron y predijo que provocaría un aumento de las infecciones este invierno.
Mientras Beijing se prepara para albergar el congreso del Partido Comunista, la capital ha restringido los viajes interprovinciales para evitar que los residentes regresen de sus vacaciones.
Zhang Ke es uno de los muchos habitantes de Beijing que no pueden regresar a casa porque su código de salud los registra como cerca de un brote de covid. Muchos otros recurrieron a las redes sociales para quejarse de que los han dejado fuera de la ciudad, a pesar de no haber viajado a un área de alto riesgo.
La trabajadora de hostelería de 27 años regresó a Zhangjiakou, en la provincia de Hebei, para pasar las vacaciones con su familia. Solo había estado en casa un día antes de que el recinto de su familia fuera cerrado.
“Nunca dejé el vecindario después de llegar a casa desde la estación de tren de alta velocidad”, dijo.
Zhangjiakou no ha declarado un cierre total de la ciudad, pero Zhang dijo que “el 95 por ciento de los complejos residenciales están cerrados. Los centros comerciales y los supermercados están cerrados. Nadie está en las calles”.
Algunos analistas se mostraron optimistas de que Xi usaría el congreso, que comienza el próximo domingo, para aliviar su controvertida política de covid cero que ha frenado el crecimiento y creado una cascada de problemas sociales y políticos.
Pero Ting señaló que el despido de funcionarios locales en Hohhot, la capital de Mongolia Interior, por no haber confinado un brote confirmó que la política “permanece completamente intacta”.
La adhesión de China a cero-Covid ha atrofiado el crecimiento, lo que llevó a los economistas a revisar a la baja sus pronósticos de crecimiento interno bruto para la segunda economía más grande del mundo.
El Banco Mundial pronosticó que la economía de China crecería un 2,8 por ciento este año y que su producción económica quedaría por detrás del resto de Asia por primera vez desde 1990. En abril, el banco había pronosticado un crecimiento de entre el 4 y el 5 por ciento.
Los datos económicos chinos revelan el daño económico continuo causado por la implementación de bloqueos. En septiembre, cuando Chengdu en Sichuan y Dalian en Liaoning estaban bajo confinamiento, la actividad de servicios se contrajo por primera vez en cuatro meses.
El sábado, el índice de gerentes de compras de servicios de Caixin cayó a 49,3 en septiembre desde 55 en agosto. Cualquier lectura por debajo de 50 indica una contracción en la actividad.
La amenaza de bloqueos también ha frenado el consumo. Las vacaciones de la Semana Dorada suelen ser una época de auge del turismo interno y del gasto de los consumidores, cuando los rincones remotos del país dan la bienvenida a los visitantes que apuntalan la economía local.
Pero este año, el maltrato de los consumidores y el temor generalizado de quedar atrapados en confinamientos lejos de casa han reducido severamente los viajes.
El número diario de pasajeros que viajan por China durante la semana del festival de este año fue aproximadamente un 60 % inferior al de 2019. Los ingresos por turismo cayeron más del 55 % en el mismo período.