Por primera vez en 16 meses, China vio aumentar su producción de circuitos integrados en abril en comparación con el mismo período del año pasado, aumentando…
Por primera vez en 16 meses, China vio aumentar su producción de circuitos integrados en abril en comparación con el mismo período del año pasado, aumentando así un 3,8% en abril. Han salido 28.100 millones de chips de las fábricas chinas. Pekín lleva meses presionando a su industria de semiconductores para compensar, de momento muy parcialmente, las restricciones estadounidenses que le ha impuesto, primero la administración Trump, luego la de Joe Biden.
Este primer aumento en la producción desde enero de 2022, visible en los datos recopilados por la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS), es alentador: parece marcar el final de una mala racha para la producción de chips en China. El aumento visto en abril se produce cuando los dos primeros meses de 2023 estuvieron marcados por caídas de producción del 17 % en comparación con 2022. Sin embargo, esta mala dinámica ya comenzaba a revertirse en marzo, donde la caída registrada no superó el 3 % anual. a lo largo del año, señala el Correo de la mañana del sur de China.
Un rayo de esperanza para China, a medida que disminuyen las importaciones de chips
Los medios de Hong Kong señalan que este aumento en la producción se produce cuando China sufre importaciones cada vez más tenues de Corea y Taiwán. Durante los primeros cuatro meses de este año 2023, los volúmenes de chips importados de estos dos países han caído un 21% para limitarse a 146,8 millones de unidades según el Administración General de Aduanas.
El aumento de abril se explica por la estrategia adoptada por China, que apuesta de inmediato por la producción de chips fabricados con procesos de grabado menos avanzados o antiguos (dominados por las fundiciones chinas), destinados a atender la demanda interna, en particular frente la industria del automóvil y fabricantes de accesorios para el hogar conectado. Este aumento también se enmarca en un contexto de recuperación económica tras un año 2022 marcado por importantes dificultades vinculadas a las estrictas restricciones sanitarias de la política “covid cero”, deseada por Pekín desde el inicio de la pandemia (y abandonada a finales de año), pero por crecientes tensiones con los Estados – Unido.
Así, en 2022, China produjo “solo” 324.200 millones de chips… es decir, un 9,8% menos en 2021. El punto más bajo también se alcanzó en octubre de 2022, con un descenso interanual de la producción de chips del 26,7%. Por lo tanto, para orquestar la recuperación, Beijing se vio obligada a sacar la chequera ofreciendo considerables subsidios a las empresas chinas de semiconductores. Luego se pusieron sobre la mesa 12.100 millones de yuanes (casi 1.600 millones de euros) y se distribuyeron entre 190 empresas. Una estrategia que poco a poco empieza a dar sus frutos en la primavera de 2023.