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La agencia de seguridad de China acusó a los servicios de inteligencia británicos de utilizar a un ciudadano extranjero para espiar al país, poniendo de relieve las crecientes tensiones entre Beijing y los países occidentales por el espionaje.
El Ministerio de Seguridad del Estado dijo el lunes que el Servicio Secreto de Inteligencia del Reino Unido, conocido como MI6, ordenó al jefe de una consultoría extranjera que ingresara a China varias veces desde 2015, recopilara información y ayudara a reclutar personas.
El presunto espía, de apellido Huang, era de un “tercer país”, según el comunicado.
El Financial Times no pudo verificar de forma independiente las afirmaciones del ministerio. La embajada británica en Beijing no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
El MSS ha lanzado una serie de acusaciones contra los servicios de inteligencia occidentales en medio de crecientes tensiones geopolíticas. En el pasado, la poderosa agencia de espionaje china rara vez discutía públicamente estos casos, pero los ha publicitado cada vez más desde que estableció su presencia en la plataforma de redes sociales WeChat el año pasado.
Beijing también ha tomado medidas enérgicas contra las consultorías extranjeras y las empresas de diligencia debida que operan en China durante el año pasado en medio de preocupaciones de que las empresas internacionales que comparten información confidencial con los clientes puedan representar una amenaza a la seguridad nacional.
Empresas como Bain & Company, Mintz Group y Capvision han sido objeto de redadas e investigaciones, lo que ha provocado temores entre inversores y empresarios sobre su seguridad personal mientras operan en China.
El FBI y el Departamento de Justicia de Estados Unidos también han hecho públicos casos recientes de presunto espionaje chino por parte de ciudadanos chinos y estadounidenses, entre ellos personal militar y ex oficiales de inteligencia.
El Financial Times informó el mes pasado que una oficina del MSS dirigió a un político belga de extrema derecha como activo de inteligencia durante más de tres años.
El caso demostró cómo Beijing lleva a cabo operaciones de influencia en el extranjero en un esfuerzo por moldear la política a su favor, incluso en cuestiones como su represión de la democracia en Hong Kong y la persecución de los musulmanes uigures en Xinjiang.
También subrayó las preocupaciones sobre la vulnerabilidad de la UE a los esfuerzos de espionaje chino a medida que los lazos entre Bruselas y Beijing se han vuelto más tensos.
El año pasado, el presidente del comité de inteligencia y seguridad del Reino Unido dio la alarma sobre las operaciones de espionaje chinas “cada vez más sofisticadas”, calificando la respuesta británica de “completamente inadecuada”.
Un investigador parlamentario fue arrestado el año pasado bajo sospecha de espiar para Beijing, una cuestión que el primer ministro Rishi Sunak planteó al primer ministro chino Li Qiang en la cumbre del G20 celebrada en Nueva Delhi en septiembre.
Sin embargo, las autoridades occidentales también han sido acusadas de ejercer sospechas indebidas sobre personas de origen chino o con conexiones personales con China.
Por otra parte, el domingo el MSS publicó una serie de dibujos animados que promocionaban sus esfuerzos de contraespionaje. La serie, dijeron los medios estatales, cuenta la “historia mágica” de agentes de seguridad chinos que burlan a los espías extranjeros.