Chiesa, de gran éxito a transferible: ¿lo usará la Juve para recaudar dinero?

De regreso de una larga lesión, el extremo aún no ha vuelto a su cima y podría ser vendido

La larga marcha de Chiesa hacia la Juve comenzó el día de su debut en la Serie A: el 20 de agosto de 2016, en la primera jornada del campeonato, naturalmente ante la Juve, casi una señal del destino que lo predestina (en Blanco y Negro). Paolo Sousa, de hecho, confía en el ex Primavera hijo del arte de 18 años y lo alinea en Turín, contra la Juve de Max Allegri. Para que conste, Fiorentina perderá 2-1. Su primer gol llegará en la Europa League, luego la Juve se convierte oficialmente en su campo central a partir del 5 de octubre de 2020, en una sesión anómala del mercado de fichajes de verano en tiempos de Covid. La fórmula es la de una cesión de dos años con obligación de compra sujeta a una serie de cláusulas: al final se incorporará a la Juventus por 55 millones y un contrato hasta 2025 por valor de cinco millones netos anuales.

De Pirlo a Allegri

Han pasado así tres temporadas (casi) completas desde su entrada hasta ahora: en la primera sumó 43 partidos y 14 goles (8 en la Serie A, 2 en la Copa de Italia, 4 en la Champions League), en la segunda 18 fichas con 4 goles, en el tercero 31 partidos hasta el momento y 3 goles, uno por competición (liga, Coppa Italia y Europa League). Llegado en blanco y negro como heredero en pectore de Cuadrado, en realidad ha variado tanto por la derecha como por la izquierda, en el centro del campo y en ataque. Con Pirlo que inmediatamente depositó su total confianza en él, desde aquel debut con la camiseta blanquinegra el 5 de octubre en adelante. En Crotone fue un partido emblemático para Chiesa: asistencia (a Morata) y expulsión, o sea, una mezcla que ya entonces aparecía inseparable entre visión de juego, carrera, calidad técnica e ilusión. La historia entonces le dio la razón a Pirlo: Chiesa anotó 14 goles y 10 asistencias en todas las competencias esta temporada. Desde la época de Pavel Nedved, un lateral de la Juve no había anotado cifras dobles tanto en goles marcados como en pases ganadores servidos: una aportación fundamental en el cuarto puesto final (78) y en los dos trofeos que suma a la vitrina juventus (Copa Italia y Supercopa). Y el verano seguirá para Chiesa con notas triunfales, con la victoria del Campeonato de Europa con Mancini.

Comienzo cuesta arriba

Hablando de entusiasmo, quizás sea esta característica la que impidió que Chiesa entrara en la lista de favoritos de Allegri desde el principio. Con quien, sin embargo, incluso temperamentalmente, nunca ha estallado un gran sentimiento. De entrada, el técnico livorno vio en él un vástago joven para dosificar y crecer, como si la temporada con Pirlo y el verano con Mancini hubieran pasado completamente desapercibidos. Luego la conversión al estilo Chiesa, con el intento de domar al menos sus excesos (carreras atléticas, entusiastas, muchas veces anárquicas): una transformación que estaba teniendo éxito, aunque entre algunas roturas y algunas lesiones, pero que fue bruscamente interrumpida por esa sangriento contacto con Smalling en el Olímpico, en enero de 2022. Lesión del ligamento cruzado anterior, cirugía y un parón que de los 6 meses previstos se amplió a 9 meses, hasta su regreso a las canchas el 2 de noviembre, en el partido de Champions ante el PSG . Desde entonces, se han alternado momentos de optimismo con otros de miedo, estirones de crecimiento con pausas normales tras una lesión tan larga y compleja.

Del nocaut a la vuelta

Un proceso de recuperación -el de Chiesa- que se tuvo que injertar en una temporada muy complicada para la Juve, por lo que el equipo no pudo acomodar su regreso paulatino al fútbol profesional, pero que en cambio también le pidió algunas prórrogas, en cuanto a tiempo de juego y adaptación a diferentes roles, no siempre adecuados a sus características y su condición. Pero Chiesa nunca ha eludido su deber de equipo, porque su ética y su entusiasmo innato, muchas veces providencial, le obligan a hacerlo. Con una excepción a la regla: ese «nooo» acompañado de una evidente decepción por la vuelta al banquillo en el minuto 83 del Juve-Fiorentina, el primer tiempo del tridente de las maravillas. Hasta su primer gol post-lesión en Liga, ese que pasó completamente a escondidas porque ni siquiera logró diluir la nefasta y desafortunada derrota en el Empoli.

¿Y ahora?

¿Y ahora? Aunque Chiesa tiene todas las características -técnicas y de comportamiento- para ser una pieza fundamental en la Juve que viene, ahora parece estar entre los que están sancionados, aunque la larga parada lo haya apartado del radar del mercado de fichajes. Sin la Champions League, algunos sacrificios parecen imprescindibles en la Juve, y por eso Chiesa no está en la lista de intocables, como sí lo está su amigo-colega Vlahovic, que ya ha llamado mucho la atención, sobre todo en la Premier League. ¿Cómo terminará? Tendremos que esperar a los próximos episodios para averiguarlo.



ttn-es-14