Chiappucci: "Climbers, una camiseta que te hace crecer"

“La clasificación del gran premio de montaña es el escaparate ideal, te ayuda a crecer”. Parola del Diablo, que lo ganó tres veces en el Giro. “Qué día del 94 cuando con Pantani ganábamos a Indurain”

“¿Mi estrategia como ciclista? Sencilla, atacar cuesta arriba y a veces incluso cuesta abajo. Sin demasiados cálculos, pero con un objetivo preciso: la victoria final del Giro… Entonces, una cosa son las ganas, otra la realidad. La Rosa siempre ha se me ha escapado, pero las ganas de ponérmelo me han permitido indirectamente triunfar tres veces en la clasificación de escaladores. Y no lo llames maillot secundario, si no, me enojaré…” Bueno, es mejor no enfurecer a Claudio Chiappucci. Al fin y al cabo, hablamos del Diablo, uno de los ciclistas más queridos por los deportistas por su “tiña” que le llevaba a incendiar las calles de las carreras celebradas entre los años ochenta y noventa. Tour de Italia incluido. Agallas, corazón y piernas no le bastaron para llevarse a casa la carrera rosa o el Tour de Francia: siempre encontraba un campeón que le bloqueaba el camino. Ya fuera Greg LeMond, Miguel Indurain o el eterno rival (ahora amigo) Gianni Bugno. Pero si Chiappucci todavía está en el corazón de los italianos, significa que ha dado algo hermoso. Muchas emociones, por ejemplo. Sobre todo cuando el escenario iba en dirección a los gigantes. Allí arriba, entre curvas cerradas y pendientes de dos dígitos, el Diablo dio lo mejor de sí. Y para los oponentes fue un infierno.



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