La multa que recibirá Chemours si continúa descargando una sustancia química a partir del 1 de enero está justificada. El juez así lo dictaminó el viernes. Se eliminará la amenaza de multa por la emisión de otra sustancia.
Chemours se había opuesto ante el tribunal a dos amenazas de multa impuestas por la provincia de Holanda Meridional (la llamada orden de multa coercitiva).
La primera sanción es por descargar ácido trifluoroacético (TFA) al alcantarillado. Si la fábrica de Dordrecht sigue descargando TFA a partir del 1 de enero, deberá pagar 125.000 euros por infracción, con un máximo de 1,25 millones de euros.
Chemours inicialmente dijo que no sabía que el TFA se creó durante el proceso de producción. También dice que no puede garantizar que la sustancia no surja. Sin embargo, ahora ha solicitado un permiso para el vertido.
El TFA es un tipo de pfas y el RIVM lo clasifica entre las sustancias potencialmente muy preocupantes. Aún no se conocen las consecuencias exactas para la salud de los pfas (un nombre colectivo para las sustancias químicas que no se descomponen). Las PFA están asociadas con varios tipos de cáncer y reducción de la fertilidad.
Durante la audiencia del martes, Chemours indicó que si ya no se le permite descargar TFA, la planta deberá cerrarse. La provincia lo dudaba. “Pero si esa es la consecuencia, entonces esa es la consecuencia”, dijo el fiscal de la provincia.
Chemours todavía puede emitir gases de efecto invernadero
El juez sí estuvo de acuerdo con Chemours en un segundo caso. Este caso se refería a la emisión del gas HCFC-22. Este gas no es directamente perjudicial para el medio ambiente, pero es un gas de efecto invernadero que agota la capa de ozono.
Chemours tiene permiso para emitir 3.500 kilos de HCFC-22 al año. Durante el mantenimiento de uno de los contenedores de almacenamiento que contenía la sustancia, se liberó tanto HCFC-22 que se superó la cantidad anual permitida.
La provincia creía que el gas liberado durante el mantenimiento era parte de la “carga anual autorizada”, Chemours no lo creía así. El juez da la razón a la fábrica.
Ambas sentencias se referían a una medida provisional y, por lo tanto, es posible que el juez decida de manera diferente más adelante.