Un hombre de 57 años ha sido condenado a ocho meses de prisión, de los cuales cuatro son condicionales, por defraudar a una licorería en Borger y a un hotel en Loon. El antiguo residente de Wildervank acababa de cumplir una condena de prisión por fraude cuando atacó en Drenthe el año pasado.
El hombre también fue condenado por defraudar a dos residentes en Portugal. Los portugueses pensaron que le estaban comprando coches de segunda mano. El hombre, de unos cincuenta años, se hizo pasar por vendedor de coches de una empresa de automóviles de Emmen, donde había trabajado anteriormente como vendedor. El portugués depositó en la cuenta del hombre un total de más de 20.000 euros. Los coches no fueron entregados.
En abril le dijo al dueño de la licorería de Borger que estaba organizando un fin de semana de entrenamiento en Papenvoort. Debido a un malentendido, el pedido de bebidas no fue entregado por otra empresa y el pedido ya no llegó, le dijo el hombre al empresario en Borger. La licorería de Borger le ayudó.
El sospechoso pidió más de 700 euros en refrescos. Lo que quedó se pudo devolver, fue el acuerdo. Después de ese fin de semana, el empresario comprobó si era necesario recuperar algo. Todo se había distribuido, dijo el cliente y la factura se transferiría inmediatamente. Sin embargo, la factura quedó impaga y el empresario presentó una denuncia.
El cliente deshonesto había utilizado su propio nombre al realizar el pedido. Ocurrió en el sistema policial. El hombre fue condenado a un año de prisión en 2019 por defraudar en 2017 a los carniceros de Musselkanaal, Aalden y Coevorden, entre otros. También engañó a las tiendas de bicicletas de la época encargando bicicletas eléctricas sin pagarlas, o pasando la noche en hoteles sin pagar por ellos.
Como el hombre no tiene un lugar de residencia permanente, tuvieron que pasar varios meses hasta que la policía lo identificó. En noviembre, el propietario de un hotel en Loon denunció un fraude. Un huésped desapareció sin pagar su estancia de tres días. El nombre utilizado para registrarse resultó ser falso.
Según su descripción personal y la matrícula del coche que conducía, el sospechoso fue detenido a finales del año pasado. Ha estado bajo custodia desde entonces. Siguiendo el consejo de su abogado, el hombre invocó su derecho a guardar silencio ante la policía. El hombre confesó ante el juez. Había acumulado grandes deudas debido a su adicción al juego, dijo el hombre.
Quería confesar ahora. El fiscal dijo que “se estaba volviendo cínico con esta historia”. El fiscal pidió una pena de prisión de ocho meses. El abogado señaló que el sospechoso siempre tuvo la intención de pagar, pero que por las circunstancias no pudo hacerlo. Propuso reducir la pena a cuatro meses.
El juez optó por una pena parcialmente suspendida, a modo de palo tras la puerta. “Permanecerá detenido hasta que haya cumplido su condena, incluso si apela”, dictaminó el juez. Una vez cumplida la condena, el cincuentón será trasladado a Alemania, donde la justicia todavía tiene cuentas pendientes con él. Allí también se le sospecha de cinco casos de fraude.