Célula para bomba de mortero en la entrada de un vecino en Hollandscheveld

Un hombre de 31 años ha sido condenado a 10 meses de prisión, seis de los cuales son condicionales, por detonar una bomba de mortero en plena noche en la entrada de su vecino en Hollandscheveld. Pasó cuatro meses en prisión preventiva.

El hombre llevaba algún tiempo discutiendo con su vecino. Esto se intensificó el 15 de marzo de este año. El vecino golpeó la pared, le molestaba la música que sonaba a todo volumen en la casa del sospechoso. El hombre de unos treinta años fue a su casa a buscar un objeto pirotécnico ilegal que debía tener tirado por algún lado. Una vez lo compró en Alemania.

Arrojó el fuego artificial por encima de la valla. Las consecuencias fueron enormes. El gran estallido despertó al vecindario. La casa y dos coches resultaron dañados. El juez tomó en serio el hecho de que el hombre, de unos treinta años, había bebido una cantidad considerable de alcohol antes de lanzar la bomba. Por otro lado, el hombre mostró mucho arrepentimiento. Ahora se ha mudado a Apeldoorn.

Hace dos semanas, el Ministerio Público (OM) exigió un servicio comunitario de 60 horas y una pena de prisión suspendida de seis meses. El juez cree que el hombre debería dedicar su tiempo al tratamiento al que debe someterse. Tampoco se le permite consumir alcohol o drogas ni hacerse pruebas para detectarlas. Debe pagar una indemnización de 1.000 euros.



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