En Eeserstraat, justo en las afueras del centro de Borger, hay un prado donde pronto se construirán catorce nuevas viviendas. “No eliminamos la naturaleza, sino que trabajamos para evitarla. Será incluso más verde de lo que es ahora”, afirma Marco Donkin, desarrollador de proyectos de Extenzo.
El lugar está situado junto al canal y está rodeado de viejos robles. Ahora sólo crece hierba y se corta de vez en cuando. Eso va a cambiar. Donkin: “Como máximo se eliminarán dos árboles para que el sitio sea accesible. Todo lo demás permanecerá como está en la medida de lo posible”.
El plan definitivo consta de dos viviendas unifamiliares, ocho viviendas adosadas y cuatro viviendas iniciales. “Algunas de las casas se pueden organizar para toda la vida, por ejemplo con un dormitorio y un baño en la planta baja. Pero cada uno puede decidir por sí mismo cómo lo quiere”, afirma Donkin.
Las viviendas iniciales son algo más pequeñas y parten de 355.000 euros. “Queríamos algo que fuera accesible para familias jóvenes o principiantes”. Todas las casas tendrán un aspecto moderno con mucho vidrio, para que siempre tengas una vista de la naturaleza.
Las ventas comenzarán a principios del próximo año y, si todo va bien, la construcción comenzará a finales de 2025. “Hasta ahora sólo hemos recibido comentarios positivos, aunque, por supuesto, más adelante podremos plantear objeciones”, afirma Donkin.
El proyecto comenzó en 2018, cuando el anterior propietario del terreno le pidió a Extenzo que hiciera algo con el terreno. “Teníamos los planes preparados, pero el municipio tuvo que intervenir. Y entonces llegó el coronavirus y todo se paralizó”, dice Donkin.
En 2021 volvió a haber movimiento. Una encuesta entre los residentes de Borger proporcionó orientación para los planes. Los residentes podrían indicar lo que consideraban importante: viviendas de pequeña escala, espacio para empezar a trabajar y viviendas sostenibles. “Aquella encuesta fue un buen punto de partida. Luego elaboramos un plan y lo presentamos a los residentes locales el año pasado”, dice Donkin.
Las respuestas fueron en gran medida positivas, pero también surgieron preguntas. “Algunas personas preferían parcelas más grandes o querían que los setos fueran más altos. Incluimos ese tipo de puntos en el diseño”.