Roelof Bos de Zwiggelte organiza campamentos de ponis en julio y agosto. Normalmente hay siete reservas. Ahora hay exactamente una reserva. Causa: miedo al lobo. Esto significa 15.000 euros en ingresos perdidos y la misma cantidad en gastos corrientes.
“He tenido más peticiones, pero les he explicado la situación. Porque no quiero que vengan aquí y digan: si hubiera sabido eso, no hubiéramos hecho reserva. Para evitar esa decepción, simplemente lo informo”. Varios “Se dijo varias veces que iban a buscar otro alojamiento”, dice Bos.
Según él, la presencia de una manada de siete lobos en la zona asusta a los niños. “Puede que no sea necesario, pero es diferente si hay diez ciervos que siete lobos. Los niños han visto las imágenes de lo que el lobo puede hacer con las ovejas. Esto es disuasorio y causa miedo. El personal de orientación es responsable de los niños y es responsable. Así que hay varios supervisores que dicen que no van a hacer eso”.
Bos busca otra fuente de ingresos. “No nos queda otra opción. Pero espero que vuelva el campamento de ponis. Creo que eso es importante: me gustaría que en mi empresa exista aquí animación infantil con caballos y ponis”.