Casi 100 muertos en Bangladesh en protestas que exigen la dimisión de Sheikh Hasina


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Decenas de personas murieron en Bangladesh durante el fin de semana cuando las autoridades reprimieron una nueva ola de protestas, parte de un movimiento creciente que exige la renuncia de la Primera Ministra Sheikh Hasina.

Los medios locales informaron que al menos 93 personas murieron el domingo en unos de los peores hechos de violencia en Bangladesh en años, cuando la policía y los partidarios del partido gobernante Liga Awami de Sheikh Hasina se enfrentaron con manifestantes en todo el país de 170 millones de habitantes.

Se incendiaron edificios, desde residencias gubernamentales hasta fábricas textiles, y muchos de los muertos recibieron disparos con munición real, según los informes. Las autoridades desplegaron al ejército para imponer un toque de queda «indefinido» a partir del domingo por la noche y se cortó el acceso a Internet móvil.

Las manifestaciones del domingo fueron el brote más grave de protestas que estallaron el mes pasado entre estudiantes que se oponen a un polémico sistema de cuotas para empleos del sector público que, según ellos, beneficiaba a los partidarios de la Liga Awami.

En ese momento murieron unas 200 personas y Bangladesh quedó sumido en un apagón de comunicaciones que duró varios días, lo que trastocó su economía y su enorme sector textil. Miles de manifestantes fueron detenidos.

Aunque posteriormente la Corte Suprema suavizó el sistema de cuotas —que había reservado un tercio de los empleos gubernamentales para los veteranos de la guerra de independencia de Bangladesh de 1971 con Pakistán— las protestas desde entonces han crecido hasta convertirse en un levantamiento más amplio contra el gobierno de Sheikh Hasina.

Sheikh Hasina, la líder femenina con más años en el cargo en el mundo, fue reelegida para un quinto mandato este año en una elección marcada por los arrestos de sus rivales políticos, que según críticos, incluido Estados Unidos, inclinaron el resultado a su favor.

Los observadores dicen que Sheikh Hasina se ha vuelto cada vez más autocrática durante sus dos décadas en el poder, utilizando la policía y el sistema judicial para acosar a sus rivales, reprimir a la sociedad civil y fomentar una cultura de impunidad entre los aliados.

La primera ministra redobló sus críticas a los manifestantes durante el fin de semana, tildándolos de “terroristas” que deben ser “reprimidos”. Trató de culpar de las protestas a los partidos de la oposición, incluido su archirrival, el Partido Nacionalista de Bangladesh, y al islamista Jamaat-e-Islami, que las autoridades prohibieron la semana pasada.

Bangladesh, que en su día fue una de las naciones más pobres del mundo, ha disfrutado de un rápido desarrollo económico en las últimas décadas, superando incluso a su vecina India en términos de PIB per cápita. Esto se debió en parte a su enorme sector exportador de prendas de vestir, el segundo más grande del mundo después de China y un proveedor crucial para marcas como H&M y Zara.

Pero el país ha atravesado una dolorosa desaceleración desde la pandemia de Covid-19, avivando la ira popular hacia el gobierno de Sheikh Hasina y la presunta corrupción de funcionarios gubernamentales y magnates empresariales leales.

La última ronda de toques de queda y apagones de Internet perturbará aún más al sector textil, que se vio obligado a cerrar fábricas y retrasar pedidos el mes pasado como resultado de la represión.



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