Las atrocidades cometidas por las tropas rusas a unos 2000 km de Bruselas dan arcadas. Por todas partes suena: esto ya no es posible. Y la pregunta es: ¿qué queremos hacer para detener esta barbarie? En Ucrania tienen una vida para ello. Hacemos sanciones económicas, sin cortar demasiado en nuestra propia carne. Después de todo, el precio de la paz no es ilimitado.
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