La primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas es otra señal de alarma sobre el declive de los partidos tradicionales. Siguen tocando, como la orquesta del Titanic, que ayer se hundió hace exactamente 110 años. Esa orquesta es famosa porque siguió tocando heroicamente abnegada para evitar el pánico. Los críticos, sin embargo, creen que esto creó una falsa sensación de seguridad, como resultado de lo cual las personas no buscaron rescate a tiempo. De todos modos, la orquesta se hundió.
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