Un capitán de Harlingen fue condenado el jueves por el tribunal de Leeuwarden a 150 horas de servicios comunitarios por homicidio culposo. Una niña de 12 años murió en el velero en el que navegaba el patrón en agosto del año pasado. La botavara del barco se rompió y aterrizó encima de la niña. La niña estaba de excursión escolar.
El Ministerio Público había solicitado una pena de prisión de seis meses y una prohibición profesional de dos años y medio. El juez no considera necesario esto último. El capitán ha sido condenado a una pena de prisión condicional de tres meses.
El juez dictaminó que el patrón fue negligente porque el velero ‘Risico’ de Rederij Vooruit no se encontraba en buenas condiciones. En la barrera se formaban grietas por el viento, donde se podía acumular agua, lo que provocaba la pudrición de la madera. Una botavara es la parte de madera de un velero a la que se une la parte inferior de la vela. Además, el patrón salió a navegar mientras los certificados de inspección del barco estaban vencidos. El mástil y el aparejo de los barcos de pasajeros a vela deben comprobarse cada dos años y medio, pero el certificado de inspección de “Riesgo” expiró hace seis semanas.
El Consejo Holandés de Seguridad (OVV) concluyó en septiembre que la cultura de seguridad entre los patrones de veleros (la ‘Flota Marrón’) no es la adecuada y que la supervisión gubernamental es inadecuada. Algunos patrones no tienen suficientes conocimientos sobre sus barcos, escribe el OVV, y prestan muy poca atención a la seguridad.
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